Andrea Rodríguez B. Editora
No importa cuánto tiempo estuvo ausente, lo que interesa es que Steve Jobs, el presidente de Apple volvió.
Tras someterse a una operación de trasplante de hígado, reapareció en público, la semana anterior, en una presentación de nuevos modelos del reproductor iPod.
Jobs, de 54 años, fue ovacionado, según lo describe la prensa internacional. Pocos políticos en EE.UU. tienen la popularidad de este personaje, considerado como el cerebro de los productos estrella de Apple. En realidad, pocas figuras de la industria tecnológica son tan carismáticas.
Desde que este ejecutivo dejó Apple en enero, para someterse a un tratamiento de cáncer de páncreas, la compañía de la manzana ha lanzado nuevos productos y ha mantenido su posición de liderazgo en el mercado. Jobs ha sabido imprimir su capacidad innovadora a la compañía que fundó.
Las fotografías de su presentación pública la semana pasada muestran a un Jobs esquelético, con la misma facha de siempre: pantalones vaqueros, buzo negro y zapatos deportivos.
Tuvo tiempo para divulgar algunas cifras de ventas y de demostrar que está listo para volver a dar batalla en un mercado más demandante. Si le ganó al cáncer, ¿por qué no vencerá a sus competidores tecnológicos?