Redacción Guayaquil
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Con un fino cuchillo, José Tigreros intentó ayer filetear la carne que comercializa en su negocio, ubicado en Sauces VIII, en el norte de Guayaquil. “No se puede prender la cortadora y así manual es casi imposible”.
7 horas
es el tiempo
durante el cual se aplican los racionamientos en Guayaquil.El servicio de energía se suspendió en esa zona a las 08:45, por cuatro horas. En ese tiempo, dice Tigreros, dejó de vender unos USD 500. “Es la hora en la que más compra la gente, sin aparatos no se trabaja”.
En la manzana siguiente, César Armendaris limpiaba el exhibidor de carne. El pasado jueves, durante el primer día de apagones, perdió USD 360. “Se dañó la carne por la falta de refrigeración. Ahora, solo estoy vendiendo lo poco que tengo y no estoy comprando nuevo producto”.
Eva Cruz abrió ayer su lavandería, a las 07:00, para aprovechar las pocas horas de luz. El negocio está en la ciudadela Alborada XIII, en esa zona se cortó la energía durante cuatro horas en la mañana y tres en la tarde.
“Me toca cambiar mis horarios, porque tengo ropa acumulada y no puedo lavar”, señala Cruz. La mujer dice que en la mañana se recibe la mayor cantidad de lavados, por ello calcula que la pérdida diaria es de USD 30.
Gustavo Guaypacha es administrador de una lavandería en la misma zona. El negocio es más grande y el perjuicio por los cortes de energía también. En ese local, durante la mañana, se recibe la mayoría de pedidos para lavar ropa y cobijas. “En el día se está perdiendo hasta USD 250”
José Pillegui, experto en temas eléctricos, dice que el apagón afecta al sector residencial, pero sobre todo a los pequeños y medianos comerciantes. Ellos no pueden trabajar en las horas de mayor demanda”.
Pillegui calcula que en el día se pierden hasta USD 3,5 millones en Guayaquil, por la falta de energía. Esto, calculando que el costo del kilovatio/hora que no recibe un usuario es de USD 1. Y que la suspensión incide en el 30% de la demanda eléctrica de la ciudad.
Galo Ramírez, gerente de Panadería California, dice que aunque los cortes no afectan a su planta industrial, sí tienen incidencias colaterales. “Los clientes más pequeños nos devuelven el pan que usan para hacer hamburguesas, hot dogs y submarinos, porque los negocios están sin luz”. Eso significa una pérdida de USD 800 diarios, según él.
Ayer, el alcalde Jaime Nebot criticó los racionamientos, a través de un comunicado. Luego de cuestionar sobre quién responderá por las pérdidas económicas, indicó que, en materia eléctrica, “el país exige soluciones verdaderas y no explicaciones eternas”.
Las entidades públicas anunciaron cambios en los horarios. Por ejemplo, la Corte de Justicia atenderá en una sola jornada, de 09:00 a 15:00. Mientras que los hospitales seguirán atendiendo con normalidad, pues cuentan con generadores. Tampoco se han suspendido operaciones, según la Dirección Provincial de Salud.
En la zona sur de Guayaquil, la electricidad regresó a las 13:00. Hasta esa hora, Mario Beltrán estuvo sentado frente al computador apagado. En su ‘ciber’, en La Floresta, dejó de ganar USD 30.