Redacción Ibarra
Andrea Narváez aún recuerda el susto que le ocasionaron las fuertes lluvias registradas el fin de semana pasado. Ella vive en la ciudadela El Jardín, uno de los sectores más próximos al colector Ajaví, en el suroriente de Ibarra.
Esa zona es propensa a inundaciones. La razón: el colector colapsa cuando hay fuertes aguaceros. Este no tiene capacidad para evacuar el lodo y las piedras que la creciente arrastra desde las parroquias La Esperanza y Angochagua, ubicadas en las faldas del Imbabura.
200 000 dólares
costó la hidrosuccionadora que adquirió la Emapa para limpiar los sumideros.“Hace un año, el canal se desbordó. El lodo entró a nuestras viviendas y tuvimos que pedir ayuda a los bomberos. Pensé que iba a pasar lo mismo, por suerte no fue así”, dijo Narváez.
En las últimas 72 horas, las precipitaciones han sido fuertes en Ibarra. Marco Barahona, meteorólogo de la estación del aeropuerto Atahualpa, explicó que las lluvias están dentro de los parámetros normales.
Sin embargo, a los meteorólogos les preocupa la intensidad de las lluvias que empezarían en marzo del próximo año. “Podrían ser largas y muy fuertes. Por eso, las autoridades deben prepararse”, añadió el técnico.
En la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Ibarra (Emapa-I), las lluvias no alarmaron. Ramiro Estévez, jefe de Alcantarillado, explicó las razones.
“En la época de verano limpiamos los sumideros, canales abiertos y los pozos de revisión, especialmente, en las zonas de riesgo como la ciudadela El Jardín, Pilanquí, Los Ceibos”.
Estévez también indicó que se realizan los estudios para control de inundaciones.
Sobre el mismo tema, el jefe de los Bomberos, Marco Hadathy, insistió en la necesidad de desviar las correntadas. Él, además, cree que se debe concienciar a la ciudadanía para que no arroje escombros en los sumideros. Narváez no está convencida de que la ciudad esté preparada para afrontar el invierno.