Redacción Guayaquil
Estados Unidos abrió una nueva posibilidad de exportación para las frutas ecuatorianas. Ese mercado permite el ingreso de la pitahaya y el mango en rodajas, y sin piel.
El programa
El proyecto Profiagro comenzó desde 2004 y fue clausurado en noviembre último. Se invirtieron unos USD 2 millones.
Participaron el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones. Ambas dieron el financiamiento.
Profiagro se creó para aprovechar los beneficios de la extensión de la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Drogas (Atpdea, por sus siglas en inglés), para enviar productos a EE.UU. sin aranceles.Rafael Altamirano, director del proyecto Profiagro -auspiciado por la Corporación para la Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei)- explica que la entidad solicitó la apertura para esos productos como una opción, mientras se aprueban los permisos para la venta en fresco.
“Para exportar a Estados Unidos hay una restricción en barreras fitosanitarias (plagas, hongos y otros) para un listado de frutas, entre ellas está la pitahaya por los riesgos de tener plagas como la mosca de la fruta”, dice.
Profiagro elaboró un documento solicitando la apertura del mercado para ese producto, pero el Departamento de Servicios Sanitarios de EE.UU. no tiene un plazo fijo para dar una respuesta. Solo la solicitud que se hizo para ingresar papaya fresca lleva cuatro años. Aún no hay una respuesta, aunque se espera que no pase del 2010. El requerimiento para la venta a ese mercado es que la pitahaya y el mango vayan en rodajas de máximo un centímetro de ancho. Pero falta analizar cual será el tipo de empaque ideal.
La Asociación de Productores de Pitahaya (Asopitahaya) calcula que el producto en rodajas deberá esperar por lo menos dos años antes de que se pueda exportar. Los socios por ahora realizan la cotización de máquinas para poder cortar y empacar la fruta.
Daniel Roldán, presidente de Asopitahaya, dice que aún falta encontrar un mecanismo para mantener los nutrientes de la fruta durante el tiempo de viaje. Esto, explica, porque al congelarse pierde su sabor y de ahí que se planea empacar la fruta al vacío.
Una de las limitantes, según Roldán, es que en EE.UU. no conocen la pitahaya ecuatoriana que es amarilla. A ese mercado llega una fruta roja que proviene de Asia. “Ingresar con rodajas es aún más difícil. Lo primero es conversar con importadores allá para que hagan contacto con posibles compradores”.
Jorge Trujillo, productor de pitahaya de Santa Elena, coincide en que se requiere infraestructura de mercadeo y luego un estudio. “Pero todo eso tiene un costo. Se calcula una inversión de USD 30 000 que los productores no están en capacidad de asumirlos”.
El país tiene 125 hectáreas de pitahaya. En Asopitahaya están agremiados 50 productores, desde 2002. Estos representan el 85% de la producción nacional.