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Holanda -el grandulón de la clase- y Chile -el pícaro y rebelde del aula- dieron dos golpes en la mandíbula a España.
Indefensa y avergonzada, España apenas tuvo respuestas. No hay peor vergüenza que sufrir una humillación ante las personas que te quieren y que te admiran.
Es peor cuando tu forma de actuar y tus métodos no sirven para contrarrestar a los rivales. Es mucho peor cuando parece que tus métodos están caducos, que son de otras épocas.
España quedó eliminada de la Copa sin respuestas y de forma humillante. Con Xavi en la banca -el símbolo de la generación ganadora del Mundial 2010- La ‘Roja’ provocó asombro hasta en los brasileños. “Así como va Brasil no vamos a ningún lado.
Tampoco está España. Mejor le voy a Chile”, me comentó el brasilero Gustavo Costa en el mercado de Sao Paulo, el miércoles por la tarde.
Sin el ‘tiki taka’ de España y con un Brasil con un juego más ‘europeo’ se impone un esquema más agresivo en la Copa. Imperan los sistemas que tratan de llegar al área rival de forma más efectiva, asfixiante y contundente como lo han mostrado Alemania, Holanda y Chile.
La vergüenza es una sensación humana y ante esta siempre aparece la actitud para superar la humillación. No basta solo con actitud para ganar partidos. Pero hace falta mucha vergüenza deportiva para salir de la clase golpeado a intentar ganar nuevamente.
Los españoles piden a su equipo que tengan vergüenza deportiva en su último partido ante Australia y los ecuatorianos piden mucho coraje a la Tricolor en su partido trascendental de este viernes ante Honduras, en Curitiba.