Redacción Ecuador
Los racionamientos afectan a las granjas avícolas que se ubican en las parroquias de Puéllaro y Alchipichí, en el noroccidente de Quito.
“De esto vivimos y los cortes de energía nos perjudican. No se pueden encender las luces de los galpones, que son usadas para calentar a los pollos, especialmente, a los más pequeños”, señaló Alberto Paredes, granjero.
Esta zona es una de las principales abastecedoras de huevos en los mercados de Pichincha.
El no poder encender las lámparas les afecta en la crianza, porque sin el calor, los animales demoran más tiempo en crecer. Usualmente, el pollo para el faenamiento sale a los tres meses, pero ahora demora entre dos semanas más e, incluso, un mes.
Los vecinos dicen que en estas zonas los apagones también alteran la cotidianidad. Rosa Cumbal comenta que los productos se dañan. “Es que como aquí es caliente todo se pudre más rápido sin la refrigeradora, especialmente, la carne”.
Pero las amas de casa no son las únicas perjudicadas. Clara Flores, estudiante de 15 años, dice que ella no puede hacer los deberes. “No se puede usar la computadora porque no hay energía. Tampoco podemos sacar copias”, señaló.