Nada parece igual desde que se fue… Escucho sus pasos a mi alrededor, su voz diciendo mi nombre y simplemente no puedo comprender por qué, de repente, cambió tan drásticamente y me dejó. Empacó sus cosas y sin darme la menor explicación se fue hacia la puerta y salió de mi casa y de mi vida… ¿Le suena esto a una historia de telenovela o es algo que le ha sucedido hace poco o hace mucho? La psicóloga y especialista en temas amorosos y escritora de muchos artículos sobre ello, Herminne Tonita, habla sobre el amor, el desencanto, el abandono y el perdón y cómo manejar estas variadas emociones, algo que a hombres y mujeres nos cuesta tanto.
El personaje de la historia (él o ella, no importa) anota que esto le sucedió hace tres meses y que no lo puede superar a pesar de todo su esfuerzo. Dice que sus amigos culpan a su pareja por esos momentos tan desagradables y que no saben qué más decirle ni cómo aconsejarle para que deje de pensar en lo sucedido y en esa persona que le destrozó el corazón.
Este inicio de la historia suele tener variaciones dependiendo de muchas cosas, entre ellas y la más importante, la verdadera razón de un abandono. En el caso de Jeannette, la totalidad de sus amigos asevera que él (Felipe) la dejó por otra mujer de la que se enamoró perdidamente y no tuvo el valor suficiente para decir la totalidad de la historia, porque no quería herirla. Sin embargo, él la hirió porque esa incertidumbre hizo que ella pensara lo peor. “Si hubiese sabido la verdad, quizás hubiera podido superarlo más rápidamente”, dice la agraviada.
“Como si no fuera suficiente lo vivido, el otro día me encontré con él cuando apurada iba a mi oficina. Me había olvidado de poner la alarma (esta era su tarea mientras estuvimos juntos) y estaba superatrasada. Cuando lo miré allí, justo en frente, sentí que me iba a desmayar. Traté de ocultar mis emociones de la mejor manera posible y entonces escuche su voz diciendo: “Seguro que se te olvidó poner la alarma y por eso estás tan apurada…”. Sorprendida por lo bien que me conoce repliqué sonriendo que esa era una de las razones por las que extraño su presencia en casa. No sé cómo tuve tanto valor para decirle eso, él se quedó atónito, me miró y me preguntó si esa era la única razón. Mantuve silencio y estoy segura de que ese silencio fue mucho más expresivo que mil palabras. No pudo contenerse y me empezó a besar y abrazar. Yo no pude resistirme y lo besé también. Unos pocos minutos más tarde me despedí diciéndole que estaba atrasada…”.
Desde ese día del encuentro, él sigue llamando a Jeannette, la lleva a cenar, al cine, le trae flores y le hace regalos. “Nos comportamos como dos adolescentes enamorados por primera vez. Él trata de complacerme en todo y ocupo el primer lugar en su lista de prioridades. Yo no le pregunto cuál fue la razón de su abandono, es un tema tabú, y creo que es demasiado pronto como para entrar en esa discusión sobre algo que realmente detesto. Me siento viva nuevamente, siento que mi vida tiene sentido. Espero haber tomado la decisión adecuada al haberlo aceptado nuevamente en mi vida y pienso algo que he escuchado siempre: ‘Cuando se ama, se perdona’. Vivo el día a día y estoy feliz”, asegura Jeannette.
Sin embargo, quizás para muchas otras parejas no es tan fácil ese perdón y, además, la gran mayoría no está dispuesta a aceptarlo fácilmente, en especial si hubo una traición. Frente a la frecuente pregunta de seguir o no en una relación luego de una infidelidad (reiterada especialmente, Tonita aconseja que si la pareja es crónicamente infiel y ese comportamiento produce dolor, inseguridad, rabia o daño psicológico, la única respuesta es dejar a esa persona. “Con seguridad todos merecemos alguien que nos respete y valore. Por eso es válido aquello de que mejor solo que mal acompañado”.
¿Se recupera lo perdido?
Es complicado que luego de una traición, la relación vuelva a ser la misma. Cuando se ha entregado tanto amor y se recibe una traición, nadie puede salir bien de ello y la confianza irremediablemente se afecta y hasta desaparece.
Si bien con el tiempo estos males pueden pasar y hasta se cree que sanar; será muy necesaria la madurez de ambas partes y buscar espacios para la reflexión, para sincerarse y conversar sobre lo sucedido y sus causas. Así se irán pegando los pedazos de la relación que se rompieron debido a la infidelidad. En esta etapa de sanación no hay que callar nada. Se debe hablar con tranquilidad, evitando la agresión. Será un período que permitirá a la pareja desarrollar una capacidad de comprender lo sucedido y su origen. El proceso siempre es largo y difícil para ambos. Solo el corazón y la mente pueden saber si merece la pena o no todo el esfuerzo y el trabajo que tengan que poner en ello.
En su libro ‘El shock sentimental’, el psicólogo Stephen Gullo mantiene que por difícil que esto sea, siempre se recupera la capacidad de amar.
Anota que “después de todo lo sucedido y con lo que se ha aprendido y logrado a partir del sufrimiento personal, no solo se vuele a ser capaz de amar sino que se disfruta de inmejorables ocasiones para desarrollar una relación amorosa más satisfactoria, basada en lo que se ha debido soportar y en un nuevo y más perfecto autoconocimiento”.