Redacción Negocios
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Los ciudadanos deberán asumir un alto costo por los dos meses y medio de apagones en el país, producto de un severo estiaje y el incumplimiento del Plan de Electrificación 2007-2016.
El Régimen no entrega aún una cifra definitiva de pérdidas por los racionamientos de energía. Sin embargo, las proyecciones son de hasta USD 500 millones, mientras el sector empresarial prevé más de 1 000 millones.
La ministra Coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, indicó que solo para el sector comercial las pérdidas en noviembre alcanzaron los USD 251 millones. Y añadió que, en el peor escenario, hasta enero, la totalidad de las pérdidas en ventas del comercio llegarían a USD 500 millones.
A estas cifras se deben añadir los mayores precios que pagó el Fisco por siete turbinas General Electric y por la compra de energía a Perú y Colombia.
Para ese objetivo, el Estado canalizó cerca de USD 245 millones, según cálculos del Ministerio Coordinador de la Producción.
En la lista de gastos también deberá incluirse el alquiler de energía termoeléctrica a las compañías APR Energy y Energy International. Por 175 MW de potencia arrendada, el país prevé desembolsar USD 104 millones.
Petroecuador también realizó una mayor importación de diésel para que funcionen las plantas térmicas, lo cual continúa para compensar el bajo aporte de la hidroeléctrica Paute.
Para los empresarios, las cifras de que maneja el Régimen son muy conservadoras. La presidenta del Comité Empresarial Ecuatoriano, María Gloria Alarcón, aseguró que aunque es difícil hacer una proyección, las pérdidas eran de USD 20 millones diarios en las primeras semanas, cuando los horarios de racionamientos fueron de hasta ocho horas al día.
Esta cifra se calculó con base en los reportes de los negocios, que vieron una contracción del 20% en sus ventas, pues tuvieron que cerrar durante las horas de los apagones. También subieron los gastos, por comprar generadores.
El presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Blasco Peñaherrera Solah, calculó pérdidas en el sector productivo entre USD 600 millones y USD 1200 millones, sin considerar los costos adicionales que generó la falta de energía en la productividad de las empresas nacionales.
Ahora, los apagones no solo generaron pérdidas en medianas y pequeñas empresas, sino también incertidumbre y desconfianza.
El gerente de Mondel, fábrica de quesos gourmet, Jaime Erazo, explicó que durante la crisis se echaron a perder 670 litros de leche de cabra y 1 000 litros de leche de vaca. Lo anterior, debido a la falta de suministro eléctrico en los sistemas de refrigeración.
Los racionamientos también incidieron directamente en la calidad de elaboración de los quesos.
Erazo insiste en que el país no puede depender de las lluvias para contar con energía.
La principal afectación se dio en los pequeños negocios, ya que los grandes industriales pusieron en marcha sus generadores.
Aunque Diego Fernández, gerente de Edesa, explicó que la fábrica de sanitarios tuvo que reprogramar sus actividades, ya que su propia generación solo cubría el 50% de su demanda.
Advirtió que este tipo de crisis no puede volver a repetirse para que el país pueda desarrollarse.
Testimonios
Jorge Jara/ Riobamba
‘Esperamos las medidas compensatorias’
Después de las pérdidas de más de USD 30 millones que registró el sector productivo de Chimborazo, es una buena noticia que los cortes de energía se hayan suspendido. Espero que se cumpla y que no sea por unos días, caso contrario, la economía de las pequeñas y grandes empresas se complica. Las pérdidas registradas desde noviembre no podrán ser recuperadas. Hay que recordar que el sector productivo fue golpeado en una de las fechas más importantes: Navidad. Por ello, planteamos una moratoria en el pago de tributos, así el Gobierno daría un respiro al sector de los productores.
La suspensión del pago de impuestos ayudaría en algo a recuperarnos. Conozco que el Gobierno emitirá, en los próximos días, una declaración con algunas medidas compensatorias para el sector. Esperamos que sea una realidad.
Cristian Botero/ Ambato
‘Los negocios pequeños fueron los más afectados’
Por los cortes de energía tuve que comprar una planta eléctrica para no cerrar mi negocio. El local está en el centro de Ambato. Mi negocio, donde vendo parrilladas, fue uno de los primeros que tuvo una planta, pero en el resto de los restaurantes pequeños sí hubo problemas.
Muchos no tuvieron recursos para un generador. Pero pese a que compré la planta, la venta en Navidad, que es una buena fecha, no fue buena.
Poca gente fue, ya que, debido a los racionamientos, dejaron de salir a pasearse. La noticia de que suspendieron los cortes es muy buena, especialmente para los dueños de restaurantes, pues la energía es indispensable para nuestra actividad. Sin embargo, pese a que hay luz, ahora en Ambato tenemos otro problema: la falta de agua. Los cortes se aplican desde las 20:30 hasta las 06:00. Ojalá esto se solucione.
Ana María Dik/ Guayaquil
‘Dudo que el Gobierno nos compense lo perdido’
Lo mejor que nos puede pasar es que se hayan acabado estos cortes de luz. Cuando hubo los racionamientos, lo que más me afectó es la reducción del número de clientes que llegaban a mi negocio (Petit Café). Dejaron de venir, porque el espacio del restaurante es reducido y el calor molestaba, ya que no podía utilizar el aire acondicionado. Además, por la falta de refrigeración había alimentos que se echaban a perder y productos que se dejaron de ofrecer. Un día se me dañaron 28 pollos, se pudrieron. Ese fue el día que más perdí. También se me malograron las vitrinas congeladoras. Todo esto implica un gasto adicional. Dicen que de los sueños también se vive, pero no creo que el Gobierno nos vaya a devolver lo que perdimos, ni siquiera un porcentaje. Anuncian que será a través de la planilla, pero toca esperar para ver.
Manuel Villavicencio/ Sto. Domingo
‘No pude cubrir las deudas de mi local’
No pensé que los racionamientos de energía se prolongaran por tanto tiempo. Incluso, por este motivo no adquirí un generador. Creí que comprarlo era una inversión innecesaria. Pero día a día me daba cuenta que los cortes seguían y llegaba el temor de que mis equipos de computación y de revelado, que uso en mi negocio de impresiones, se dañen. Yo monté mi negocio con el dinero de la venta de un terreno que tenía. Creí que iba a recuperar, pero con los cortes tuve pérdidas de hasta USD 2 000.
Tenía que pagar arriendo, empleados, material…, pero durante ese período los clientes eran pocos. Ahora, con esta noticia de que se terminan los cortes espero recuperar en algo lo perdido. Ojalá que la naturaleza y el Gobierno me ayuden en esto, es decir, no vuelva a decir que es necesario aplicar otra vez los apagones diarios.
Castorina Calderón/ Atuntaqui
‘No podré meter material en la Expo Atuntaqui’
La suspensión indefinida de los cortes de energía no ayudará a los empresarios a enfrentar la primera temporada alta de ventas de 2010. En mi caso, a pesar de que los racionamientos no iban más allá de una hora por día en Atuntaqui, ese período me perjudicaba porque la tintura para obtener los colores de moda toma cuatro horas. Y cuando esta se interrumpe, todo el material se desperdicia. Por esa razón dejamos de tinturar hace tres semanas. Ahora, con el nuevo anuncio, volveré a retomar este proceso.
Debo hacerlo de inmediato, pues se nos vienen los meses de abril y mayo, especialmente el Día de la Madre, y necesitamos tener materia prima lista para tejer los 7 000 sacos mensuales que distribuyo en diversas provincias del Ecuador. Desgraciadamente, no podré sacar nada nuevo para la Expo Atuntaqui, que empezará el 12 de febrero.
Joel Cedeño/ Manta
‘Espero que los cortes de energía no vuelvan’
Los cuatro frigoríficos que tengo vuelven a funcionar después de dos meses. Dicen que los racionamientos han terminado, tal vez así será, pero si no llueve allá en Paute, todo volverá a lo mismo. Mientras dura la buena noticia, que no debería ser tan buena, pues en pleno siglo XXl no es posible que nos alegremos porque el fluido eléctrico sea constante.
Las autoridades saben hablar palabras enredadas, aquí lo único cierto es que mientras no hubo electricidad, me tocó alquilar una planta de generación a gasolina. Gastaba entre USD 60 y 80 cada semana para poder mantener el pescado, que es un producto que se daña fácilmente. En diciembre del año pasado no tuve para la gasolina de la generadora, perdí USD 700. Los filetes de dorado que debían ser congelados, los vendí a menos precio por el apuro.