Las pruebas de alcoholemia a los choferes de los transportes interprovinciales empezaron a realizarse en la Terminal Terrestre de la ciudad de Ibarra, en el norte de Ecuador, desde el 20 de marzo de 2014. Los dos kioscos, equipados con instrumentos para medir si una persona ha ingerido o no licor, son parte de los 65 aparatos que la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) anunció a mediados del 2012 que se iban a instalar en varias terminales del país.
En la capital imbabureña el control es solo para los choferes de las cinco cooperativas de transportes que tienen destinos a Quito, Tulcán, San Lorenzo, entre otros. Según Carlos Pinos, funcionario de la empresa Imbabus, administradora de esta terminal, 160 autobuses al día parten desde Ibarra a esos destinos.
Los instrumentos digitales, instalados desde noviembre del 2012 en una caseta metálica, estuvieron sin dar servicio por falta de una conexión a la red de Internet. Según Mauricio Larrea, director provincial de la ANT, durante este lapso las máquinas recibieron mantenimiento, pese a que pasaron empolvadas.
La mayoría de choferes como Luis Herrería están familiarizados con el uso de la máquina. Luego de ingresar el número de licencia y poner la ruta a la que se dirigía colocó sopló fuerte a través de una boquilla. La máquina, parecida a un cajero bancario, arrojó un comprobante en el que señaló un nivel de alcohol de 0,00 mg/l. Con ese documento, Herrería salió en un autobús de la empresa Andina con rumbo a Quito.
Larrea asegura que en estas máquinas están instaladas la última versión del software por lo que en caso de que un conductor presente al menos un mínimo nivel de alcohol (0,01 mg/l) no se imprime el comprobante y el autobús no podrá salir de la Terminal. Antes de que empiecen a funcionar los kioscos los vehículos de pasajeros salían únicamente tras el pago por el uso de la terminal.