El suspenso parece total a menos de dos semanas de unas elecciones generales británicas que inicialmente se anunciaban como un trámite para los conservadores, debido al avance de los liberal demócratas y a la volatilidad de los votantes que favorecen un Parlamento sin mayoría absoluta. Los analistas destacaban unánimemente este viernes la multitud de escenarios posibles cuando los tres principales partidos se mueven en una horquilla que va del 27al 32% de intención de voto.Una corta victoria de los ‘Tories’ de David Cameron pese a una campaña considerada trabajosa hasta en su propio campo; el mantenimiento del impopular primer ministro Gordon Brown gracias a un sistema electoral muy favorable a los laboristas, tanto que un tercer lugar podría garantizarle el mayor número de diputados; y, finalmente, la formación de alianzas o de un gobierno de coalición en el que los ‘Lib Dems’ tendrían la llave. O incluso, la ausencia de una solución viable, lo que obligaría a convocar nuevas elecciones. El ‘hung parliament’ o Parlamento sin mayoría absoluta es la pesadilla de los círculos de negocios, de los conservadores y de los laboristas. Pero más del 50% de los británicos está tentado por el voto de castigo y una experiencia de gobierno inédita desde 1974, según varios sondeos.¿Los motivos? Una voluntad de cambio tras 31 años de bipartidismo: 18 años de reinado conservador inaugurado por Margaret Thatcher en 1979, seguidos de 13 años de Nuevo Laborismo consecutivos al triunfo de Tony Blair en 1997. Se suman las desilusiones acumuladas por la peor recesión de la posguerra, la impopularidad de los conflictos de Iraq y de Afganistán y la pérdida de credibilidad del ‘establishment’ político tras el escándalo de los gastos abusivos de los parlamentarios. En esta nueva situación, el vencedor inmediato es Nick Clegg, de 43 años. La actuación de este europeísta políglota en el primer debate electoral televisivo de la historia del país catapultó a los liberal demócratas al 30% de las intenciones de voto (+10 puntos) .Si este resultado se confirmara el 6 de mayo, constituiría para los centristas un récord en 90 años. “Estas elecciones podrían conducir a una reorganización en profundidad de la política británica”, según The Economist. Los liberal demócratas condicionarán cualquier alianza al abandono del sistema electoral uninominal a una sola vuelta.