Aún son pocos los consumidores que reconocen las diferencias entre los televisores de plasma y los de LCD.
Cristian Manzano, asistente de ventas de Tekohogar, un almacén de electrodomésticos, localizado en Quito, advierte que es necesario que los clientes conozcan las características de cada uno para que la compra no se realice al azar.
Con frecuencia, se trata de compradores primerizos o clientes que desean actualizar su actual TV.
“Nosotros los vendedores le ayudamos al cliente para que pueda decidir entre uno u otro sistema”.
Las pantallas de plasma son las más grandes; alcanzan hasta 60 pulgadas. En este local comercial, los televisores LCD (cristal líquido) de 32 pulgadas son los más vendidos.
Carlos Ortega, vendedor, explica que muchos clientes se dejan guiar por la marca de los aparatos más que por las características que incorporan. Rosario Velásquez adquirió recientemente un televisor LCD de 40 pulgadas de la empresa Sony.
Para ella, la marca es uno de los factores más importantes a la hora de elegir un televisor para su hogar.
“Cuando voy a comprar algún televisor, siempre pregunto por una marca, porque sé que tengo la ventaja de llevarme algo garantizado”. Tanto Ortega como Manzano coinciden en que el comprador siempre solicita una marca conocida, aunque no sea este el factor más importante. “La gente siempre solicita marcas como Sony, Panasonic, Samsung o LG en lo que se refiere a televisores de pantalla delgada”, comenta Cristian Manzano.
El costo de cada uno de los modelos incide a la hora de comprar.
Javier Torres, administrador de la sucursal de Almacenes La Ganga, ubicado en la avenida Naciones Unidas, indica que se venden más las pantallas LCD.
Dice que un televisor convencional de pantalla plana cuesta entre USD 500 y USD 600. Por el mismo precio se puede adquirir una LCD.
Aunque las pantallas LCD tienen tecnología de punta, también hay demanda por los televisores LED (Light Emitting Diode), porque proporcionan una mejor iluminación y un consumo energético más bajo que los televisores de plasma y LCD.
El costo aproximado de una pantalla LED oscila entre los USD 4 000 y USD 6 000, de acuerdo al número de pulgadas.
David Calderón, gerente de la línea de electrodomésticos de Samsung, reitera que la tecnología LED se están posesionando poco a poco en nuestro medio.
Carmen Castro, compradora, advierte que los televisores de pantallas planas le dan la sensación de estar en una sala de cine.
Ella adquirió un televisor LCD por recomendación de un amigo especialista en tecnología.
“Mis hermanos también tienen este tipo de pantallas y hasta ahora, que yo sepa, no hay tenido problemas ”. Castro comenta, además, que en su casa tiene dos televisores más, adquiridos a fines de los años 90. “Algún rato tendré que cambiarlos”. Fabián Landívar, gerente administrativo de Telecuador, empresa especializada en brindar soporte técnico a los aparatos Sony, señala que los usuarios prefieren estos productos porque tienen el respaldo de una marca. Advierte que el soporte técnico es también un factor importante que los clientes deben tomar en cuenta antes adquirir un televisor con nueva tecnología.
Este funcionario asegura que el número de solicitudes de reparación de televisiones de LCD fabricados por la empresa Sony es bajo. Hugo Pérez precisa que hoy en día hay mucha confusión entre los usuarios cuando buscan un televisor que se ajuste a sus necesidades.
“Tal es la euforia que desata la tecnología incorporada en estos equipos, que impide a muchos usuarios saber qué características tiene cada modelo. Hay mucha confusión”.
Algunos consumidores también desconocen muchos términos propios de la nueva tecnología de televisores y claman por asistencia técnica. Este es el caso de Graciela Burbano, una profesora que acudió a uno de los almacenes de electrodomésticos en busca de un televisor para su nieto de 13 años.
“Hay muchas personas como yo que queremos renovar el televisor, sobre todo, ahora que vendrá una nueva tecnología. Mi nieto dice que será una TV con más canales”.
Esta maestra se refiere a la televisión digital que no solo ofrecerá una mejor calidad de imagen y sonido, sino que también ampliará el número de canales de televisión, porque la distribución de las frecuencias es distinta. Como ella, hay muchas personas que aprovechan el salto de la televisión analógica a la digital para adquirir un nuevo equipo.
“Los vendedores nos hablan con unas palabras que ni entendemos; sería bueno que nos dieran un folleto para saber de qué nos hablan”, comenta Carmen Castro, compradora. La mayoría de los asistentes de los locales de venta de televisores emplean términos, como HDTV, formato ISDB-Tb que en lugar de mejorar el entendimiento de los usuarios por la tecnología los confunde.
Mario Andrade, comprador, comenta que unos amigos cercanos le dijeron que todas las tecnologías son similares y que no “se haga lío”. Pero sí presume que hay diferencias.
Por ejemplo, la tecnología LCD utiliza unos componentes de cristal líquido (moléculas) colocadas entre diferentes capas que los rotan según si se quiere mostrar un color u otro.
A diferencia de estos televisores, los que tienen plasma utilizan fósforos combinados con gases nobles para mostrar píxeles y dotarles de color. Con frecuencia, el precio de este tipo de tecnología suele ser más elevado. Para Andrade, las tecnologías facilitan la vida, pero cuando se trata de decidir por una de ellas, el tema se complica. “Siempre es necesaria la asesoría del vendedor. Si no realmente me siento perdido”.
Punto de Vista
Luis Corrales/ PHD en Bioingeniería y Catedrático de la Politécnica Nacional
Hay que decidir primero el tamaño de la pantalla
Desde que John Logie Baird, un inventor escocés, hizo la primera demostración de un sistema electromecánico que podría mostrar imágenes móviles, en 1925, la televisión ha experimentado muchos cambios. Empezó por la generación de imágenes móviles mediante un equipo puramente electrónico, invención que se atribuye, junto a otros, a Philo Farnsworth, un estadounidense, en 1929.
Desde que apareció la TV en blanco y negro es lamentable que se no haya logrado un consenso para definir un solo estándar. El hecho de que existan tres: NTSC, PAL y SECAM siempre confundió al consumidor inexperto en temas electrónicos.
El panorama no ha cambiado con la llegada de la televisión digital. Ahora con sus respectivas variantes, existen tres estándares: ATSC, DVB y ISDB.
El país decidió por el formato japones con variaciones brasileñas. Una vez conocido este formato, el usuario deberá decidir que televisor adquirir.
Este tema puede resultar muy confuso para los consumidores por la cantidad de tecnologías a analizarse.
Hoy en día hay tres opciones con las que cuenta el consumidor, pantallas planas y delgadas basadas en: LCD, plasma y la más reciente: el LED. Cada una de estas tecnologías posee sus ventajas y desventajas.
Es necesario determinar primero el tamaño de la pantalla que necesito. No hay que olvidar que para ver pantallas más grandes se requiere una habitación grande que le permita ubicarme lejos del televisor.
Si el presupuesto lo permite es mejor optar por televisores de Alta Definición (True HDTV). Ofrecen las más alta calidad versus los televisores de definición estándar también conocidos como SDTV.
Tome en cuenta
Equipos. Los televisores que más energía exigen
La edición digital de la cadena Univisión publicó una investigación donde se detallan los televisores que más energía gastan. El estudio contiene 92 televisores probados entre el 3 de enero del 2008, y noviembre 9 del 2009.
Mercado
LG prevé un repunte en la venta de TV
La recuperación económica y la proximidad de la XIX Copa Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 impulsarán las ventas de los televisores a escala mundial hasta un 20% el próximo año. Estas son buenas noticias para los fabricantes que también fueron afectados por la crisis económica mundial.
Lanzamiento
Sony alista el diseño de un nuevo equipo
Esta compañía aseguró que lanzará en el 2010 un nuevo televisor LCD que será capaz de retransmitir imágenes en tercera dimensión. La compañía presentará su nuevo producto en la feria electrónica IFA, que cada año se celebra en Berlín, Alemania, informó un artículo del periódico The Wall Street Journal.