La chiva de Julio Proaño tiene capacidad para trasladar a 30 turistas. Pero a las 21:00 del sábado, solo tres canadienses se subieron al vehículo y recorrieron el centro de Baños. Hasta esa hora, él no había realizado un solo paseo. “Está flojo hoy, creo que la gente se asustó y se fue”. La Cámara de Turismo de Baños calcula que desde el viernes, cuando se reinició la actividad eruptiva del Tungurahua, el turismo cayó un 95%. El presidente del organismo, Ángel Guevara, estaba molesto ayer. “Aquí no pasa nada, pero en los medios de comunicación se dijo que se estaba evacuando y que la situación es grave. Eso nos hace daño a nosotros”.Según la Cámara, en un fin de semana llegan hasta 4 000 turistas, entre nacionales y extranjeros. Pero desde el viernes hasta ayer solamente arribó un 5% de este número. “Todo está botado. Un fin de semana aquí es repleto de gente. Lo peor es que nosotros vivimos de esto y nos quedamos con las cosas”, explicó Manolo Padilla, propietario de un local de pollos. Su restaurante tiene 40 mesas, pero la noche del sábado solo se ocuparon tres. “Ojalá luego se componga, porque así podemos ir a la quiebra”. La iglesia también lució semivacía. Los vendedores de velas esperaban que este sea igual que otros fines de semana, pero no fue así. “Ha venido poca gente y hemos vendido poco”, indicó Marlene de Cevallos.El alcalde de Baños, Hugo Pineda, pidió tranquilidad. Ayer, desde el centro de la ciudad, se pudo ver el material piroclástico descendiendo por la montaña. Sin embargo, el funcionario dijo que esto no es para alarmarse. El Cambil entregó 7 000 mascarillas a turistas y moradores del lugar. Incluso se decidió que hoy las clases se desarrollen con normalidad en las escuelas y colegios de Baños. La noche del sábado cayó una fuerte lluvia hasta las 23:00. Los bramidos del volcán también fueron permanentes.