La familia Olivo Sánchez, en el barrio Abdón Calderón, zona alta de Manta, no tiene el servicio de agua potable.
“Desde hace tres meses, el líquido vital solo llega unos 50 minutos durante las madrugadas y luego el suministro se suspende”, dice el vecino de la ciudadela Los Eléctricos, Manuel Lino.La alternativa de abastecimiento son los tanqueros, asegura José Rojas, otro morador. Según Patricio Cevallos, gerente de la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM), la sedimentación del río Portoviejo genera el desabastecimiento.
Las fuertes lluvias que caen en la zona de la presa Poza Honda, donde nace este río, arrastran abundante tierra y basura al cauce de la cuenca hídrica. Cevallos dice que es difícil potabilizar grandes volúmenes de agua cuando hay mucha turbiedad.
Desde hace tres semanas, los problemas se agravaron. Solo se tratan 2 000 m³ por hora en la planta de El Ceibal (cantón Rocafuerte), lo normal son 2 800. Desde esa planta se abastece a Manta, Jaramijó, Montecristi, Crucita y parte de Charapotó, en el cantón Sucre.
También hay problemas para la provisión de los tanqueros. En la toma de agua para esos vehículos, ubicada en la vía Manta-Rocafuerte, solo se despacha durante dos horas al día.
A ese lugar llegan los tanqueros que abastecen a las industrias. “Desde hace un mes debemos viajar a El Ceibal, a 29 kilómetros en el noreste de Manta, para obtener agua”, dice el dueño de un tanquero, Jaime Macías. Al día realiza dos viajes para las fábricas y uno para vender en las zonas residenciales.
Los 2m³ de agua subieron de USD 25 a 35, desde hace un mes. José Mero, en Santa Martha, se queja por el aumento.
En Portoviejo también hay problemas, por la turbiedad, en la planta de Cuatro Esquinas. El líquido es de color amarillento, asegura Fabiola Pinargote, vecina del sector de Andrés de Vera. “Ojalá cuando acabe el invierno la situación se normalice”.