La Audiencia Nacional de España comenzó ayer el juicio contra los presuntos autores del atentado contra la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en diciembre del 2006. En el ataque murieron los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate y resultaron heridas otras 41 personas. El Fiscal solicita un total de 900 años de prisión para cada uno de los supuestos responsables, Igor Portu, Martín Sarasola y Mikel Sebastián. El Ministerio Público acusa a cada uno de los tres presuntos miembros del grupo ETA de un delito de estragos terroristas, por el que solicita 20 años de prisión; dos delitos de asesinato en grado de consumación, por los que pide 30 años de cárcel; y de 41 asesinatos en grado de tentativa, para los que demanda una pena de 20 años de cárcel por cada uno de ellos. Además, solicita una indemnización de 500 000 euros para las familias de los fallecidos. No obstante, la máxima pena aplicable en delitos de terrorismo en España es de 40 años. Los tres procesados se negaron a prestar declaración ante el tribunal presidido por el magistrado Alfonso Guevara. “No reconozco este juzgado fascista y no voy a participar en él”, dijo Sarasola en euskera al comienzo del interrogatorio. Los ecuatorianos Diego Estacio y Carlos Palate fallecieron mientras descansaban en sus respectivos vehículos estacionados en la zona de estacionamientos de la T-4 cuando ocurrió la potente explosión de una furgoneta bomba que redujo a escombros el área del moderno edificio inaugurado un año antes. Portu y Sarasola eran miembros no fichados de la banda armada y junto a San Sebastián y Joseba Iturbide integraban un comando de ETA que llevaba actuando desde el 2001 y que ha sido responsable de algunas de las acciones más importantes del grupo rebelde en los últimos años. A partir del 2005, el grupo pasó a hacer acciones por cuenta propia, hasta que el 30 de diciembre del 2006 Portu, Sarasola y San Sebastián colocaron la bomba que supuso el fin del proceso de paz que se inició en marzo de ese mismo año. La tregua de ETA se rompió de facto en junio del 2007. Portu y Sarasola fueron también responsables de estallar una bomba en Castellón, cuando creyeron verse sorprendidos por las fuerzas de seguridad en 2007.