El candidato oficialista del Partido de la Unidad Nacional, Juan Manuel Santos, tiene claro que solo un cambio de actitud, basado en el respeto y el diálogo, permitirá virar la hoja a la ruptura de relaciones con Ecuador, que pasaron factura a Colombia.
La preocupación de Santos se debe, específicamente, a que las malas relaciones políticas con el gobierno de Rafael Correa se tradujeron en pérdidas económicas para su país.
Entre otras razones, porque en Colombia se cree que las salvaguardas impuestas en 2009 a los productos colombianos fueron motivadas por las dificultades binacionales tras el bombardeo a un campamento de las FARC en Angostura (Sucumbíos), ocurrido el 1 de marzo del 2008 y en el que murieron el jefe guerrillero Raúl Reyes y otros insurgentes.
“Cuando pelean dos gobernantes quienes sufren son los pueblos”. Esas son las palabras del candidato oficialista, que tienen relación con los efectos comerciales por el resquebrajamiento de relaciones con Quito.
Según el Ministerio de Comercio Exterior colombiano, desde el resquebrajamiento de los vínculos diplomáticos se dejaron de vender cerca de USD 570 millones a Ecuador. Esta cifra se unió a los casi USD 2 000 millones en la reducción de exportaciones hacia Venezuela, que se constituye en una dificultad real para que Santos cumpla su principal oferta: reducir el desempleo. Por ello, su candidatura quiere evitar una eventual agudización de las diferencias con Ecuador y, más bien, redefinir su posición.
De ahí que dentro de la campaña oficialista el anuncio de Santos de entregar a Quito los ordenadores del abatido guerrillero Raúl Reyes es un paso más hacia su deseo de aproximación a Ecuador.
Para Bogotá, uno de los temas conflictivos con Quito son los procesos judiciales iniciados en contra de las autoridades que ordenaron el ataque en la zona fronteriza de Angostura, entre ellos el entonces Ministro de Defensa.
En el seno de la candidatura de Santos hay conciencia de seguir adelante el camino de diálogo que desde septiembre llevan a cabo los gobiernos de Correa y Álvaro Uribe. La idea es tratar de normalizar de forma plena las relaciones con Ecuador y, así, restar un problema a las complicadas relaciones con su vecindario.
Específicamente con Venezuela, desde donde el presidente Hugo Chávez ha amenazado con cerrar el comercio con Colombia, en caso de que el ex Ministro de Defensa llegue a la Casa de Nariño. En este marco se entiende el último punto del acuerdo de unidad de Santos que señala: “Estrechar las relaciones con nuestros vecinos, basados en el respeto y la cooperación”.
En respuesta a las declaraciones de Santos, ayer el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, reiteró la posición del país sobre los requerimientos del Gobierno frente al caso Angostura en el sentido de que se entregue la información sobre el bombardeo al campamento y los discos de la computadora de Raúl Reyes.
Patiño, durante una reunión con integrantes de la prensa extranjera, dijo que una vez que culminen las elecciones en Colombia -el domingo 20- el Gobierno ecuatoriano continuará con el proceso de fortalecimiento de las relaciones con el vecino país, que actualmente se desenvuelven en el plano comercial, social, institucional, temas de vecindad y el nombramiento del Embajador.
El Canciller dejó en claro que “Ecuador fue un Estado agredido, la historia de un país no puede quedar con esos vacíos; podemos ver hacia adelante pero las cosas que pasaron tienen que quedar claras”. En el caso de la información de las computadoras de Reyes, Patiño recalcó que Ecuador espera su entrega, sin embargo aclaró: “sabemos que se ha roto la cadena de custodia desde el primer día; pero igual con eso se trató de desprestigiarnos como país, con información tergiversada.
Se había ofrecido una parte limitada de esa información y queremos conocer todo para poder contar con argumentos y volver a desmentir aquellas tendenciosas y falsas afirmaciones que se dieron entonces”.
400 000 militares, en alerta por las elecciones
Las Fuerzas Armadas de Colombia entraron ayer en estado de máxima alerta para garantizar la seguridad en la segunda vuelta de la elección presidencial y evitar ataques de la guerrilla.
Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) históricamente intensifican sus ataques en la época electoral como parte de una estrategia para demostrar poderío militar.
29 millones de colombianos (de un total de 44 millones) están habilitados para votar este domingo en 71 000 mesas de sufragios ubicadas en todo el país. Reuters