Mientras el sonido de la guitarra y los timbales retumbaban en la plaza de toros Quito, el viernes, los cientos de asistentes ya gritaban eufóricos esperando escuchar al puertorriqueño Víctor Manuelle. Detrás del escenario, un cordón policial se formó alrededor del artista para impedir que las fanáticas se le acercaran mientras subía a la tarima. El ritmo pegajoso de la salsa hizo que el público empezara a mover sus pies incluso antes de que la voz del puertorriqueño se escuchara. Al grito de ¡eh!, Víctor Manuelle inició su show. En ese momento los gritos se intensificaron y las luces de los celulares empezaron a brillar tratando de captar una foto o un video del show. “Mírame que puedo ver en tu mirada, sé que me deseas como te deseo, no lo puedes negar”’ fue la primera frase que el puertorriqueño entonó en el escenario. Su fuerte voz se mezclaba con los acordes de los instrumentos y las parejas se tomaron de las manos y empezaron a bailar.Como ni siquiera la mitad del ruedo se llenó, los asistentes no tuvieron problemas al momento de buscar un espacio y realizar unos pasos de baile. La arena se convirtió en una pista. Los fanáticos de la localidad de vip arrinconaron las sillas de plástico para tener más espacio y demostrar sus dotes de danzantes. Al terminar la primera canción, Víctor Manuelle fue recibido con aplausos. El cantante, quien nunca se retiró la bufanda que llevaba en el cuello, habló con el público y aseguró que cantaría lo que le pidieran. Aunque confesó sentirse mal de salud porque la altura de Quito lo había afectado. Sus sensuales movimientos hicieron vibrar a las chicas quienes no dejaban de grabar en sus celulares. A pesar de la llovizna que cayó en el norte de la capital, los gritos no se apagaron. Los ponchos de agua se vendían más que la comida y las bebidas. El nítido sonido que tenían los parlantes permitió que el show de Víctor Manuelle se desarrollara por más de una hora. Antes de su presentación también pasaron por el escenario el bachatero Domenic Marte y el dúo de vallenato Binomio de Oro. Canciones como El osito dormilón fueron fuertemente coreadas. Y La niña bonita arrancó suspiros y besos entre las parejas. En cambio, Ven tú, de Domenic Marte, fue tan aplaudida que se la escuchó por dos ocasiones. El espectáculo organizado por la radio Francisco Stereo duró casi cinco horas.