Antes de solicitar un microcrédito es importante conocer los costos asociados a esta operación.
Delia Oña tiene 18 años en el negocio de la confección y sabe que no solo hay que tomar en cuenta la cuota mensual que se paga, sino también el plazo, la tasa de interés, entre otros rubros.Así tendrá un panorama claro del monto a recibir, cuánto terminará pagando y qué beneficios adicionales se puede obtener.
En el caso del Banco Solidario, Fidel Durán, explica que en la tasa de interés se incluye el costo promedio del dinero del 12% (lo que le cuesta al banco financiarse). A esto se suman los costos operacionales y de personal, otro más por las provisiones que se deben realizar en caso de que el cliente no cancele el crédito y una utilidad razonable para la entidad.
Actualmente, las tasas promedio para los tres segmentos de microcrédito en el sistema oscilan entre 19,9% y 29% y el techo alcanza el 33,50% (ver cuadro).
Oña dice sentirse contenta cuando recibe atención rápida y una “buena tasa”, pues con esto compra la materia prima.
Otro factor que se debe tomar en cuenta es la forma cómo le entregan el crédito. Tanto Durán como Paúl Arias, gerente de Credife, coinciden en que el oficial de crédito va al negocio del cliente a hacer la evaluación de su situación financiera. En otras palabras, el cliente no necesita acudir a hacer el trámite a la entidad y le dan según su capacidad de pago, a fin de no sobreendeudarle.
“Le levantamos un estado de situación económica. Se les dice qué problemas tiene y en qué debe mejorar. No le saturamos la deuda”, añade Arias.
Finca, que trabaja con bancos comunales, también realiza visitas semanales o cada 14 días.
Como requisitos básicos al microempresario le solicitan: cédula de identidad, certificado de votación y copia del pago de servicio de luz, agua y/o teléfono.
En la Cooperativa Alianza del Valle, Paola Granizo, jefe de Negocios, dice no se les exige tener tarjeta de débito, costos asociados a la cuenta de ahorros ni pagos por cursos de cooperativismo.
Respecto a los plazos, los microcréditos se entregan desde los cuatro meses y se extienden de acuerdo con el monto, el tipo de actividad productiva y la capacidad de pago. No es lo mismo cobrarle a un agricultor que tiene ciclos de siembra y cosecha que a una tienda de víveres.
Otro factor que debe ver el microempresario-dice Arias – es si se le pide un tiempo de permanenencia en la entidad y un encaje.
Al encaje se conoce como el monto que la persona debe dejar congelado en su cuenta durante el plazo del crédito. Esto es común entre las cooperativas, que según explica Édgar Peñaherrera, titular de la Asociación de Cooperativas controladas por la Superintendencia de Bancos, nació como parte del cooperativismo, pero hoy ha sido visto solo desde el punto de vista financiero.
En la Cooperativa Campesina, para obtener USD 1 200 el socio debe encajar 200, en este caso se aplica el 6×1, en otras como Alianza del Valle es 10×1, es decir, si necesita USD 10 000 debe mantener en su cuenta 1 000.
Granizo defiende este esquema, pues dice que con los 1 000 el socio cancela las últimas cuotas del crédito y por este ahorro obligado recibe una tasa del 2,5%.
Pero, por otra parte, reconoce que la tasa que se cobra generalmente se aplica sobre el monto total que el cliente pide y no sobre lo que recibe. Un ejemplo: si el cliente pide 1 000 al 18% y encaja USD 200, la tasa se aplica sobre 1 000, es decir, paga USD 180 de interés, pero la tasa sube a 22,5%.
Aunque Peñaherrera aclara que por ley este costo ya está dentro de la tasa y la tendencia es que cada vez las cooperativas bajen su nivel de encaje o desaparezca.
Otro rubro que se pide en las cooperativas son los certificados de aportación o aportes patrimoniales y es lo que le da la calidad de socio. Esto aportes son de USD 10, 40,60 en adelante y no se devuelven hasta que la persona deja de ser socia y pasan a formar parte del patrimonio de la entidad.