Con el Sistema Nacional de Emergencias (SNE) creado por ley hace menos de un año, Uruguay está en las etapas iniciales de generar una red de detección y respuesta ante emergencias.
En la corta historia del SNE se han elaborado cuatro planes para enfrentar situaciones específicas: control de la variante de mosquito que puede transmitir el dengue (Aedes aegypty); control de incendios forestales, accidentes radiológicos y accidentes de tránsito con mercancías peligrosas.
Curiosamente, no existe entre los planes diseñados por el SNE uno que tenga en cuenta el otro fenómeno natural. Las sequías (incendios) y las inundaciones son las que más problemas ocasionan al país.
Marcelo Barreiro, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, explica que una razón para esto es que Uruguay no cuenta con una base de datos con un seguimiento diario de la cantidad de precipitaciones sobre el país.
Sin embargo, señala que la tendencia durante todo el siglo pasado indica que las lluvias han ido en aumento. En el período que va de 1997 a 2005, cerca de 50 000 personas tuvieron que ser evacuadas por esta razón. Por otra parte, se registraron sólo 10 casos de muertes relacionados con las inundaciones.
Uno de los colegas de Barreiro en la Facultad de Ciencias, el astrónomo Gonzalo Tancredi, alerta sobre la amenaza de terremotos y tsunamis, dos fenómenos que la mayoría de uruguayos descarta de plano.
Tanto Tancredi como la geóloga Leda Sánchez cuestionan la precariedad de los sistemas de detección y respuesta ante situaciones de emergencias.
“A nivel de los fenómenos naturales más relevantes como sismos, inundaciones, tsunamis, fenómenos geomagnéticos, movimientos de tierras, impactos de asteroides o cometas, entre otros, no existe ningún instrumental en condiciones de dar una alerta temprana. Solo en el ámbito meteorológico existe mecanismo de alerta frente”, dijo Tancredi.