Las malas prácticas agrícolas, la falta de manejo del agua, la deforestación y el cambio climático convierten grandes extensiones de tierra en desiertos estériles. Así lo confirmaron ayer las Naciones Unidas.
En el lanzamiento de una campaña de 10 años para detener el avance de los desiertos, el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (Pnuma), advirtió que la degradación de la tierra en lugares secos ha afectado a 1 000 millones de personas y a 3 600 millones de hectáreas, un cuarto del área terrestre del mundo.
La declaración del Pnuma señaló que 12 millones de hectáreas de tierra de cultivos se pierden cada año por la desertificación, provocando pérdidas de la productividad agrícola de USD 42 000 millones anuales. África se verá más afectado por la desertificación. América Latina y el Caribe tienen una cuarta parte de tierras desérticas y áridas que totalizan cinco millones de km2, situación que se agrava con la pobreza y la presión sobre los recursos. Reuters