Una revolución cinematográfica. Eso fue lo que provocaron, a finales de la década de 1950, los integrantes de la ‘nouvelle vague’ (nueva ola); un grupo de cineastas franceses que rompieron con las reglas y los convencionalismos de las películas que se hacían en esa época.
En este grupo estaban jóvenes como François Truffaut, Agnès Varda, Alain Resnais, Jacques Rivette, Éric Rohmer y Jean-Luc Godard, un etnólogo que estudió en La Soborna y que antes de revolucionar el cine, desde la escritura del guion hasta el montaje, trabajó como albañil en Suiza, país donde vivió en su infancia.
Godard, que murió el 13 de septiembre a los 91 años, definió tres momentos claves de su trabajo cinematográfico. En una de sus últimas entrevistas dijo: “Al inicio yo era un cineasta burgués, después fui un cineasta progresista y luego ya no fui un cineasta, sino simplemente un trabajador del cine”.
Un maestro que estaba obsesionado con las imágenes y el poder que tenían cuando el espectador se ponía en contacto con ellas. Esa obsesión aparece con claridad desde su primer filme, ‘Al final de la escapada’ (1959), el clásico fundacional de la ‘nouvelle vague’, y se mantiene en cintas como ‘El desprecio’, ‘Banda aparte’ y ‘Pierrot, el Loco’.
De la nueva ola al “bajo los adoquines, la playa”
A finales de los años 60, la política cobró protagonismo en el trabajo cinematográfico de Godard. Mayo del 68 y la ideología maoísta permeraron su obra. De esa época son películas como ‘La Chinoise’ y el documental ‘Sympathy for the devil’, que cuenta el proceso de creación de los Rolling Stones.
Por esos años, también fundó el grupo Dziga-Vertov, en honor a Dziga Vértov, un cineasta reconocido por su cine hermético y experimental, cuyo centro era el desarrollo del cine-ojo, en el que el trabajo de montaje era clave en su crítica a la contemporaneidad.
El montaje también se volvió un distintivo en la obra de Godard. Esa nueva obsesión lo acompañó hasta su última película, ‘El libro de las imágenes’ (2018). En esta cinta recopila fragmentos de películas, pinturas, libros, noticieros, libros e imágenes de internet, que en palabras del crítico Christian León actualizan el giro crítico, experimental y político que tuvo desde mayo de 1968.
Godard no solo será recordado por ser uno de los directores más importantes de cine del siglo XX, sino como alguien que dedicó buena parte de su vida a pensar y filosofar alrededor del cine.