La disidencia china celebraba ayer la atribución del Nobel de la Paz al encarcelado intelectual Liu Xiaobo. Sin embargo, temía que hubiese una nueva ola de represión tras la detención de militantes ocurrida inmediatamente después de anunciado el premio.
La Policía detuvo en varias ciudades, incluida Pekín, Shangái y Jinan, a decenas de partidarios de Liu Xiaobo que celebraban el viernes por la noche el galardón, indicaron un abogado y una organización de defensa de los derechos humanos.
Por otra parte, siete intelectuales chinos firmaron una carta en la que felicitan a Liu Xiaobo, a quien califican de “estandarte de la no violencia en China”.
Estiman que “China debe evitar una revolución violenta”, según esta carta publicada por la página en Internet basada en el extranjero www.peacehall.com.
El diario oficial Global Times estimó que el comité Nobel se había “deshonrado” y que el premio había sido “degradado en un instrumento político al servicio de motivaciones antichinas”. Por otro lado, son varias las versiones que circulan acerca del paradero de la poetisa Liu Xia, esposa de Liu Xiaobo.
Fuentes locales aseguraron que la esposa del Nobel salió anoche de su casa escoltada por agentes policiales para viajar al nordeste del país y visitar a su marido en la cárcel, pero otras versiones indican que en realidad fue detenida por la Policía y obligada a dejar Pekín.
Asimismo, circulan versiones que precisan que Liu Xia acordó con las fuerzas del orden no hablar con la prensa internacional a cambio de poder visitar a su esposo y contarle que le otorgaron el Nobel de la Paz. Amnistía Internacional exhortó al Gobierno chino a revelar su paradero.