En la juventud no se piensa en ahorrar porque el futuro es una promesa. En la vejez el futuro se ve como un peligro y se valora el ahorro, pero entonces ya es tarde; por eso se inventó el ahorro obligatorio, el seguro social, que constituye un seguro para la vejez. Alemania fue el primer país del mundo en adoptar un programa de seguro social para invalidez y vejez, diseñado por el canciller Otto von Bismark hace 126 años.
En 1945, la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó la Seguridad Social como uno de los derechos humanos. El artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que “toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social”.
Los seguros sociales tomaron del contrato mercantil de seguro la técnica de la dispersión de riesgo, que consiste en pagar entre un gran número de personas los riesgos que amenazan a todos pero que solo afectan a algunos.
El cálculo actuarial permite establecer cuánto deben pagar según el número de participantes y los riesgos a cubrir. Los seguros sociales, a diferencia de los privados, son obligatorios y su financiación no depende solo de los beneficiarios sino también de los empresarios y del Estado.
Bismark era líder del partido conservador pero cuando estableció la Seguridad Social se le consideró socialista. Ahora en Ecuador, un líder considerado socialista acaba de convertirse en ultraconservador al poner en peligro mortal la Seguridad Social. Sin el aporte del Estado, los ingresos del IESS son insuficientes y no puede mantenerse en el tiempo.
Parece inverosímil que un partido que se autocalifica de socialista apruebe una ley negando el aporte estatal al IESS y haga un discurso demagógico asegurando que hay superávit y prometiendo que le dará todos los recursos necesarios cuando haya déficit. Eso equivale a convertir un sistema actuarial en un sistema de reparto y hacer promesas para que cumplan gobiernos futuros. Si ahora no pueden cumplir el pago anual de mil millones, ¿cómo cumplirán pagos acumulados los gobiernos futuros?
Es más inverosímil que nieguen todas las deudas al IESS con el argumento de que son deudas inventadas o que los préstamos que el IESS ha hecho al Gobierno constituye “una deuda ficticia porque es plata de nosotros mismos”, aunque la Constitución dice que son recursos distintos y que ningún funcionario puede disponer de ellos.
La revolución ciudadana, empecinada en el derroche, ha ido demasiado lejos atropellando leyes y afectando a los ciudadanos más pobres y más débiles. Las medidas temerarias que está tomando constituyen un mecanismo de autodestrucción.
Las marchas del 1 de mayo mostrarán el grado de indignación de los ciudadanos y el anunciado proceso de revocatoria del mandato de los sumisos asambleístas puede convertirse en una ola incontenible de protesta ciudadana.