Arreglos en la Plaza de San Francisco por los daños causados durante las marchas del 17-S.
Foto:Vicente Costales / EL COMERCIO
Las movilizaciones que se realizaron en el Centro y sureste de la ciudad, la tarde y noche del miércoles pasado, dejaron daños en espacios públicos y bienes privados.
En el caso del Centro Histórico, paredes, postes, plazoletas y jardineras fueron afectadas por varios participantes a estas manifestaciones políticas.
A lo largo de la calle Guayaquil, por ejemplo, las paredes y hasta las puertas de los negocios fueron rayadas con frases alusivas a la marcha.
“Abajo la Loes”, “No al alza de pasajes”, “Fuera Correa”, “Asambleístas borregos”, “Muerte al fascismo”, “Rechazo al Código Laboral”, “No más correas”, “Respeto a la tarifa estudiantil”, “Paz entre los pueblos, guerra entre las clases” y “Arriba los que luchan” fueron algunas frases que hasta el mediodía de ayer estaban en varios sitios de esta vía. Para la tarde y noche, ya estuvieron cubiertas con pintura.
A Eduardo Hidalgo, vecino del barrio San Marcos y que ayer estuvo haciendo un trámite en un banco de la zona, no le sorprende que -tras la marcha- un buen número de paredes de la Guayaquil estén garabateadas. Él dice que cada vez que una manifestación pasa por allí las paredes “pagan los platos rotos”.
La calle Rocafuerte también tiene signos de agresión. Las rayadas más evidentes están justo en la pared del Museo del Carmen Alto; con tinta roja se escribió: “Muerte al Estado”.
Además, los daños a la propiedad se registraron justo en la esquina de las calles Bolívar y Benalcázar. Un poste que sostiene tres semáforos está desubicado de su base. Según los transeúntes del lugar, los manifestantes intentaron sacar al poste de su base y utilizar las pequeñas piedras que se originaron al romperse los adoquines de alrededor del poste.
Los exteriores de la iglesia de San Francisco también fueron agredidos. Al parecer, los marchantes sacaron algunas piedras de la plazoleta. En total suman 17, las cuales fueron desperdigadas.
Mariano Toaquiza, un hombre de 65 años y que ayer acudió a la misa de San Francisco, asegura que esas piedras no pudieron ser sacadas el miércoles, pues el fondo estaba seco. Sin embargo, su compañero Luis Valencia, de 67 años, opina todo lo contrario.
Dice que cuando se participa en una manifestación los ánimos se caldean y “sí se cometen ofensas contra la propiedad privada”.
Admite que, cuando aún trabajaba, siempre salía a protestar pero jamás participó del vandalismo. “Protestaba y gritaba consignas, de eso no pasaba”, aclara.
Más al norte, en la Plaza de la Independencia, los daños son evidentes, pues algunas plantas del parque fueron destrozadas.
Y por eso mismo, ayer en la mañana dos cuadrillas de la Unidad de Parques y Jardines de El Ejido y del Itchimbía se emplearon a fondo para replantar algunas especies que fueron pisoteadas y, otras, arrancadas de raíz. Antes de las 11:00, los obreros se emplearon en esa tarea. Dijeron que van a sembrar 5 000 plantas de pincas, escancel amarillo y mata callo.
La tarea la realizaron con tranquilidad, pues ya están acostumbrados a que cada vez que se utiliza la plaza, al siguiente día se dediquen a sustituir las plantas destruidas. Por su parte, la Alcaldía de Quito ya realiza un balance de los destrozos y daños registrados en varios sitios del Centro Histórico de la ciudad y, en un comunicado, señaló “que se reserva el derecho a tomar las acciones legales respectivas en contra de los responsables”.
Además, señala que la Alcaldía está convencida de que el diálogo es el camino para superar cualquier tipo de diferencias entre todos los actores.
Daños en la av. Napo
Las cerca de ocho horas de protestas que se registraron en los alrededores del Colegio Nacional Montúfar, en el sector de Luluncoto, dejó daños pequeños en viviendas y en una parte del espacio público.
En la calle Upano, en la mañana y parte de la tarde, quedaron piedras, palos y pedazos de adoquines. Las paredes de las casas tenían las huellas de los impactos de piedras. Incluso se pudo ver que cuatro ventanales, de igual número de predios, estaban con los vidrios rotos.
Martha Guevara, moradora del sector, mencionó que los vidrios de las ventanas del segundo piso quedaron rotos luego de las bullas. Era la primera vez que pasaba. Ella solo espera que esto no se vuelva a repetir, ya que las protestas generaron mucha intranquilidad entre los moradores.
El temor se extendió hacia los comerciantes y moradores que se asientan sobre la avenida Napo, principal sitio del enfrentamiento entre policías y manifestantes. Muchos de ellos prefirieron cerrar sus puertas, para evitar cualquier tipo de inconveniente.
La limpieza del espacio público estuvo a cargo de la Empresa de Aseo (Emaseo). A partir de las 06:30 de ayer, dos personas acudieron para remover los escombros. Hasta las 11:00 se habían juntado unos 11 sacos. Estaba previsto que se usen volquetas para transportar este material hasta las escombreras más cercanas.
Como un balance general, Emaseo informó que luego de las manifestaciones se recolectaron seis toneladas de basura y otros tipos de desechos.
Este día se conocerán, con detalles, las afectaciones que se presentaron.