En las puertas de los locales se colocaron sellos para sancionar el incumplimiento de la normativa. Fotos: Mayra Pacheco / El Comercio
Alrededor de 16 locales, entre bares y restaurantes de La Mariscal, zona rosa de la capital, se encuentran clausurados. Este 6 de noviembre, durante un recorrido que se realizó por este sector, se evidenció que en las puertas habían adhesivos indicando que los negocios habían sido sancionados.
Los letreros colocados pertenecen a la Agencia Metropolitana de Control, Servicio de Rentas Internas e Intendencia de Policía de Pichincha.
Patricia Benavides, propietaria de un local de comidas, comentó que luego del operativo realizado el 29 de octubre se ve menos gente en la zona. “Los adhesivos colocados generan una mala imagen. Las autoridades deberían ser más flexibles con las faltas menos graves”.
Para Mao Viteri, propietario de Mayo 68, cuyo local está cerrado desde hace más de ocho días, la medida tomada es un “atropello”. Él mencionó que las autoridades cerraron su bar, porque no contaba con la Licencia Única de Actividades Económicas (LUAE) vigente. “El permiso está en trámite y no me lo han entregado”.
Los propietarios de los locales de La Mariscal deben cumplir con una normativa técnica por estar en una zona turística. Por esto se hizo un operativo integral. Participaron 229 funcionarios entre bomberos, personal de Quito Turismo, Policía Nacional, Policía Metropolitana, Ministerio del Interior, Intendencia, entre otros.
Según datos de la Administracion Especial Turística La Mariscal, ese día, se evidenció que había locales que no cumplían con la norma técnica de seguridad y con la normativa técnica de turismo. En otros se encontró a personas indocumentadas, o a locales que no tenían la licencia de funcionamiento o casos en los que se había hecho un mal uso a este permiso, entre otros.
Juan Carlos Torres, propietario del bar Seven Days que funciona en La Mariscal y que no fue clausurado, comentó que para evitar este tipo de sanciones los dueños de los negocios deben hacer un esfuerzo y cumplir con la toda normativa. A las autoridades, en cambio, solicitó hacer controles en otros locales que actúan al margen de la norma, que funcionan cerca de establecimientos educativos…
Una opinión similar tienen propietarios de negocios y residentes que hablan de que en La Mariscal se deben respetar las normativas. Ellos impulsan una campaña para recuperar a esta zona. En algunos restaurantes, hostales y negocios formales se observan adhesivos con la frase: “Yo amo a La Mariscal y la quiero segura, turística y cosmopolita”.