Patricio Baca, presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO
Entrevista a Patricio Baca, presidente del Contencioso electoral
En las redes sociales se vivirán los últimos días de campaña, pese al silencio electoral, ¿Que pueden hacer las autoridades al respecto?
En Ecuador tenemos el Código de la Democracia y lastimosamente las redes sociales no están consideradas en ninguna parte, para su control o regulación. Al no existir legislación, el hecho queda en la moral y ética de los ciudadanos o de las personas que manejan las redes sociales.
¿Cuál podría ser la alternativa, para los futuros procesos electorales?
Me parece fundamental que, pensando en el futuro, sin violentar el derecho a la libertad de expresión, se pueda encontrar algún mecanismo de regulación de redes, exclusivamente, en temas electorales y en campaña; en ningún otro ámbito. No es un planteamiento de restricción de derechos, es simplemente regular.
Se ha hecho una diferenciación con las redes sociales de los medios tradicionales, que sí se regulan, ¿con base a qué?
Hay un problema de desigualdad entre el medio tradicional con el medio moderno y eso hay que, de alguna manera, regularlo, sin afectar el derecho de la libertad de expresión de los ciudadanos. Ya nos pasó en 2014 que, el día anterior a las votaciones, una persona tenía información privilegiada, por ser accionista o dueño de una empresa que hacía encuestas, y a través de redes sociales publicó el resultado. Hoy está pasando exactamente lo mismo.
¿Cómo se podría regular, si llega a darse, las redes tomando en cuenta la posibilidad de anonimato que dan a cualquier usuario?
El anonimato le hace mucho daño al país, es agredir sin asumir responsabilidad y las redes sociales deberían tener, en ese sentido, algún tipo de regulación durante periodos electorales.
En el caso del silencio electoral, por ejemplo, ¿cómo se podría regular al ciudadano común en las redes sociales?
Lo importante es que la gente discuta estos hechos y que pueda entender que las redes, en la campaña, no han sido un vehículo comunicacional en lo positivo, sino en lo negativo. Se meten en la vida privada de las personas, hacen afirmaciones que no tienen sustento, retuitean falsedades y claro se escudan en el anonimato. De alguna manera tenemos que hacer que esto se pare.
Esto tiene efectos fuera de las redes.
La campaña electoral se acaba el jueves (hoy) en la noche, entramos en el famosos silencio y el domingo votamos. El lunes nos vamos a levantar a seguir trabajando, independientemente de quien gane; pero las heridas que se han abierto, las agresiones que se han lanzado en redes, ¿cómo las vamos a curar a partir del 3 de abril? Se han dañado amistades, relaciones familiares, con los vecinos, ¿lo van a solucionar a golpes en las calles?
¿Cómo desde los sujetos políticos y las autoridades se debería actuar?
Siempre les hago un llamado a la tranquilidad a los candidatos, a sus seguidores, a la población. Tiene que haber sensatez en nuestros dirigentes. No pueden convertirse en agitadores que están buscando réditos personales, olvidándose de las familias ecuatorianas.
¿Pero cómo tomando en cuenta que los dirigentes políticos ya han convocado a las calles?
Si la ciudadanía supiese cómo se llevan adelante los procesos se desmitificaría el fraude y no sería fácilmente manipulada para incendiar el país o hacer llamados de agresión a nadie. Las organizaciones políticas lo saben perfectamente. Las mesas de votación se conforman con ciudadanos y ellos cuentan los votos, llenan el acta y eso se escanea.
¿En qué medida influye la imagen, las acciones de la autoridad electoral, para generar confianza?
Todas las afirmaciones contra el proceso tienen que estar sustentadas y, si alguien considera que se ha cometido un delito, la Fiscalía lo puede resolver. El problema es que la gente mucho habla y no actúa, ¿por qué no presentan la denuncia en la Fiscalía? Hasta aquí, al Tribunal Contencioso Electoral, no ha llegado una sola denuncia sobre fraude electoral. Si tienen esa certeza por qué no ponen la firma.
Perfil:
El presidente del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) estudió Derecho en la Universidad Central, tiene un posgrado con mención en Ciencias Jurídicas. Ingresó al TCE en junio de 2012, tras ganar
el concurso de oposición y méritos.