Embajadores del Ecuador participaron en un taller durante cinco días. Este miércoles la cita fue en la Presidencia. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Los diplomáticos tienen retos más allá del protocolo y los cocteles. Economía, política exterior y manejo de crisis son algunas de las áreas que deben dominar y en las que se ponen énfasis en la formación de las nuevas generaciones. Parte del grupo que ejerce esa tarea, los embajadores del país en el mundo asistieron esta semana a un taller en Quito. 51 llegaron a la capital para analizar su gestión con las autoridades.
El taller incluyó una cita con el presidente Rafael Correa y el canciller Ricardo Patiño. Los diplomáticos recibieron una instrucción del Mandatario: “Tienen que ser los portavoces de lo que está haciendo el Ecuador”. Y que el objetivo es posicionar a un país que pese a las dificultades y a no tener moneda nacional todavía tiene indicadores, logros sociales y económicos.
En el Ecuador, según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, hay 54 embajadores y dos ministros encargados de negocios. En el grupo se incluyen no solo los titulares de las embajadas en los distintos sitios del mundo, sino las misiones permanentes: Organización de Estados Americanos (OEA, Washington), Organización de las Naciones Unidas (ONU, Nueva York), Unesco (París), ONU (Ginebra) y la Organización Mundial del Comercio (OMC, Ginebra).
En el país, la formación de estos representantes está, desde el 2011, a cargo del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). Antes la especialización se la hacía en la Academia Diplomática Antonio Quevedo. Esta pasó a formar parte del esta universidad, que entrega títulos de maestría reconocidos por la Senescyt.
Sin embargo, no todos los diplomáticos del país han pasado por el IAEN ni por la Academia. El exembajador del Ecuador, en países como Bolivia y Perú, Luis Narváez, apunta que la Ley de Servicio Exterior faculta al Presidente para que el 25% de los puestos diplomáticos “cuotas políticas”. En el actual Gobierno, los dos puestos principales están a cargo de Patiño y el vicecanciller Xavier Lasso.
Narváez tiene 75 años y es un diplomático “en servicio pasivo”. Apunta que no se puede hablar de una crisis diplomática, pero sobre la formación aún es prematuro saber el nivel de los nuevos profesionales.
Entre el 2011 y el 2015, en el IAEN se formaron 169 estudiantes, que corresponden a tres promociones de terceros secretarios. Es el título con el cual se conoce el inicio de la carrera diplomática.
El título de tercer nivel es un requisito para la maestría en Relaciones Internacionales y Diplomacia del IAEN es tener un título de tercer nivel.
Narváez fue docente de la Academia y recuerda que, antaño, la formación era sobre temas más coyunturales y que hoy son más globales. En esta se entregaba certificados pero no títulos. “Eso no resta mérito a los diplomáticos de antaño”.
Mery Freire, de 45 años, es una de las egresadas del IAEN. La formación no excluye el protocolo, pero pone énfasis en asuntos nacionales e internacionales. Ella es tercera secretaria e ingresó a la maestría con un título en Ingeniería Comercial y una maestría en Publicidad. Cuenta que participó en un concurso organizado por la Cancillería.
Freire es una de las encargadas del seguimiento de las relaciones internacionales. No aspira a ser embajadora porque “no solo desde los puestos altos se puede servir al país”.
Para Santiago García, decano del Centro de Relaciones Internacionales (IAEN), la gestión diplomática ha cambiado y no tiene que ser rígida. La formación incluye una visión geopolítica, una cátedra de negociaciones, integración latinoamericana… Los 169 que culminaron la maestría son terceros secretarios y un 70% está en funciones en el exterior.
En contexto
La Academia Diplomática se formó en la década del 80. En febrero del 2011 se firmó el Decreto Ejecutivo No. 650, en el que esta pasó a ser parte del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) con el nombre de Escuela de Relaciones Internacionales “José Peralta”.