Los servicios secretos alemanes, de acuerdo con datos proporcionados por el ministro de Interior, Thomas de Maizière, informaron a la policía de un posible atentado en el centro comercial de la localidad del en el centro-oeste del país. Foto: AFP
El planeado ataque terrorista a un centro comercial de la ciudad alemana de Essen, que fue clausurado a primera hora del sábado 11 de marzo del 2017 por las autoridades, iba a llevarse a cabo a través de tres atacantes suicidas, según informó el lunes 13 del mismo mes el diario alemán “Welt”.
Según la fuente, los tres atacantes iban a hacer detonar tres bombas escondidas en mochilas a las 16:30 (15:30 GMT).
De acuerdo con el reporte, el autor intelectual del atentado es Imran René Q., de 24 años y oriundo de la ciudad alemana de Oberhausen, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, quien en abril de 2015 se trasladó a Siria a través de Turquía. En Siria se unió a la milicia terrorista Estados Islámico (EI), agrega el “Welt”.
La Oficina Regional de Investigación Criminal en Renania del Norte-Westfalia (LKA), tiene al supuesto autor intelectual en su registro desde el verano (boreal)de 2015. Según el informe, René Q. intentó sumar a varios islamistas para el atentado a través de Facebook.
Por su parte, el Fiscal General en Düsseldorf confirmó que se trata del joven de Oberhausen. Al parecer Q. instó a tres personas a que se acerquen a un lugar concreto a una hora determinada. “Este llamado se realizó en el contexto de una red social”, dijo el portavoz de Fiscalía, Mathias Proyer, sin más detalles. Otras autoridades de Renania del Norte-Westfalia se negaron a hacer comentarios sobre este informe.
Mientras el centro comercial de Essen abrió el lunes nuevamente sus puertas, continúan las investigaciones que acercan el hecho cada vez más a la escena salafista.
Los dos hombres que fueron detenidos el sábado no como sospechosos directos, sino por ser personas de contacto del supuesto terrorista, fueron liberados horas después.
Según informaron fuentes de seguridad a dpa, el hermano del presunto autor intelectual, que se contaba entre los dos detenidos el sábado, sería miembro del ambiente salafista en Oberhausen y estaría ya bajo la mira de las autoridades alemanas. “Todavía no se pueden asociar con la planificación del hecho”, señalaron fuentes policiales, que continúa con la evaluación de los objetos incautados en sus viviendas.
“Estamos todos de nuevo en nuestros puestos de trabajo”, declaró el 13 de marzo la gerente del centro “Limbecker Platz”, Alexandra Wagner, al mismo tiempo que indicó que todas las tiendas abrieron en sus horarios habituales. No nos han facilitado información alguna de que alguna de las tiendas permanezca aún cerrada por cuestiones de seguridad, agregó la gerente de uno de los centros comerciales más grandes situado en el interior de una ciudad alemana. “La vida continúa”, explicó, e indicó que los dueños de las tiendas se mostraron comprensivos con el cierre del edificio en el que un sábado por la tarde se pueden congregar hasta unas 60 000 personas.
Los servicios secretos alemanes, de acuerdo con datos proporcionados por el ministro de Interior, Thomas de Maizière, informaron a la policía de un posible atentado en el centro comercial de la localidad del en el centro-oeste del país. Al recibir tal información, las fuerzas de seguridad decidieron clausurar el recinto durante todo el día.
Alemania ha reforzado su seguridad ante posibles amenazas terroristas con el objetivo de que no se vuelva a repetir un atentado islamista como el perpetrado en diciembre por el tunecino Anis Amri, que embistió a la multitud en un mercado navideño de Berlín causando la muerte de 12 personas e hiriendo a medio centenar.