Un militar que labora en El Oro inspecciona los camiones en las vías. En esa provincia hay controles permanentes.Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Las operaciones ilegales que ahora perpetran los contrabandistas van más allá de introducir al país ropa, alimentos o electrodomésticos sin papeles. En el 2017, los aduaneros también han detectado cómo estos grupos comenzaron a trasladar químicos que se usan para producir droga.
Hace un mes, en la frontera con Perú, los aduaneros decomisaron un camión con 400 quintales de bicarbonato de sodio. Luego de las investigaciones, los uniformados detectaron que ese vehículo era parte de las redes de contrabandistas que operan en el sitio.
Ahora, toda la información recopilada está en indagación.
En la frontera norte ya había ocurrido algo similar. En julio, Aduana y Antidrogas capturaron una tonelada de ese producto. La sustancia estaba camuflada dentro de sacos que tenían etiquetas de balanceado para el ganado. Durante la revisión, los conductores de los vehículos mostraron supuestas facturas del producto.
Dijeron que solo eran choferes y que todo lo llevaban para unos supuestos comerciantes.
Los investigadores aseguran que la forma de operar es propia de los contrabandistas y que ahora ellos se convirtieron en un brazo de apoyo de los narcotraficantes.
Inteligencia militar ya rastreaba estas operaciones y ha determinado que los grupos dedicados al contrabando han montado estructuras complejas para poder moverse.
Funcionan hasta con 100 hombres y todos tienen funciones específicas. Unos usan hasta ocho autos pequeños para custodiar los camiones que llevan el producto ilegal.
Otros vigilan si hay controles en las carreteras. Tienen toda una logística, para camuflarse en las montañas, en medio de los árboles o en poblados.
Están equipados con celulares, radios y teléfonos satelitales para comunicarse, así como armamento.
Estos datos han sido levantados por los aduaneros, policías y militares que están a cargo de frenar este ilícito.
Ellos también han detectado que los narcos financian la compra de vehículos y armamento. Pese a que los automotores son retenidos la tarea de los grupos delictivos continúa.
Por eso, en el control Aduanero de Chacras (El Oro) hay carros que fueron incautados hace tres años y nadie los reclama. “A las redes no les interesa recuperarlos; lo más fácil es comprar otros y seguir delinquiendo”, dice un agente.
Inteligencia además detectó grupos de contrabandistas que incluso tienen lanchas para movilizarse por los brazos de mar en El Oro.
Así llegan a las costas de Esmeraldas y desde allí el bicarbonato de sodio es llevado a las mafias que operan en zonas montañosas de Colombia.
En ese país, la Policía Fiscal y Aduanera ya ha alertado sobre el nexo entre contrabandistas y narcotráfico. Hace dos meses, sus autoridades dijeron que el contrabando se usa para lavar el dinero de las mafias, no solo con textiles, sino con autopartes, licores, etc.
Radio Caracol reportó ese mes que una red desarticulada basaba sus operaciones en una estructura de narcotráfico y lavado de activos.
En Ecuador, en las redes de contrabando están identificadas personas que se encargan de mezclar el dinero irregular en negocios y empresas pequeñas, tanto ecuatorianas como peruanas, para blanquear los recursos económicos.
Montan negocios en los dos países y camuflan las ganancias irregulares.
La Cámara de Comercio de Huaquillas advierte que en Perú hay locales que venden con facturas ecuatorianas y en Ecuador con las peruanas.
Bajo ese mecanismo tratan de legalizar los productos que ingresan sin documentos hacia las dos naciones.
La Policía Judicial revela también que los contrabandistas pagan a terceros para que pongan los bienes a su nombre.
Luego, esos predios son usados para almacenar la mercadería, guardar los camiones y planificar las rutas para llevar la mercadería de contrabando.
Los agentes incluso han identificado a cabecillas que tienen propiedades en Santo Domingo de los Tsáchilas, Quito, Cuenca, Guayaquil y Manabí. Con eso blanquean el dinero de los ilícitos.
Ahora, los uniformados quieren que se mejore la logística y el número de hombres. Sienten la necesidad de “incrementar la tecnológica” y dotar de un equipo de rayos X para mejorar la revisión de los automotores.