El trance de Leo Sbaraglia en ‘El hipnotizador’

El argentino Leonardo Sbaraglia es el protagonista de la serie ‘El hipnotizador’.

El argentino Leonardo Sbaraglia es el protagonista de la serie ‘El hipnotizador’.

El argentino Leonardo Sbaraglia es el protagonista de la serie ‘El hipnotizador’.

Leonardo Sbaraglia vuelve a sumergirse en el nebuloso y casi onírico universo ficcional de ‘El hipnotizador’, en la segunda temporada de la serie producida por HBO.

La serie es una adaptación del cómic homónimo creado por Pablo de Santis y el dibujante Juan Sáenz Valiente, que sigue la historia de Arenas, un hipnotizador que se dedica a adormecer a la gente y desenterrar sus recuerdos perdidos, mientras intenta vencer una maldición que lo ha condenado al insomnio.

A dos años del estreno, Sbaraglia retoma a un personaje que se enfrenta a un nuevo momento. “Había que recuperar el personaje pero con la dificultad de que no podía hacerlo con las riendas de su primera versión, que era una especie de hipnotizador hipnotizado”, dice el intérprete sobre el reto de darle vida a un personaje que ha recuperado parte de su lucidez, mientras arriba a Puente Blanco, un lugar donde nadie lo conoce.

De Santis vuelve a estar detrás de un guion que empieza a tomar un camino independiente al de la historieta.

“Cuando se convirtió en serie para TV tenía como referencia la historieta. Para la segunda temporada, la referencia es la primera. Parte de buscar la diferencia, agregar situaciones nuevas y que el mundo narrativo de la historia sea distinto. Si el primero era episódico ahora hay una trama más orgánica”, explica De Santis sobre las circunstancias a la que se enfrenta Arenas, quien llega a Pueblo Blanco, un lugar en el que pretende escapar de todo.

Un escenario recreado nuevamente en Montevideo, en el que también se percibe cierto misterio, donde se encuentra con las huellas de un viejo amor y en el que además descubre una especie de muro hacia el inconsciente que no le permite aplicar la hipnosis.

“La primera temporada es más oscura en su tono, como si fuera un policial negro. En la segunda se pone en escena a la luz del día, pero es una luz que a la vez esconde muchas sombras”, señala De Santis.

Pese al cambio de tono, los ocho episodios de la segunda temporada conservan un par de elementos narrativos, en los que se busca una continuidad coherente. “Se mantiene la inquietud sobre hasta qué punto estamos todos hipnotizados en nuestro propio malestar cultural y por otro lado la posibilidad de eliminar el sentimiento de pérdida y dolor o la necesidad de convivir con ello.

Inquietudes a las que se enfrenta el propio Sbaraglia como parte de la inevitable convivencia e influencia entre el actor y el personaje. “El personaje es una herramienta para encontrarse a sí mismo como actor, concluye.

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