La World Wide Web, conocida también como la triple W lleva 25 años evolucionando para conectar al mundo a través de la información. Ayer (12 de marzo de 2014) se recordó un día más de su creación.
Ahora, su función es automatizar procesos, controlar la televisión, la publicación de libros o los pagos a través de la Internet. El 12 de marzo de 1989 Tim Berners-Lee alumbraba la web en el seno del laboratorio de física como una ‘red de notas con enlaces entre ellas’ para conseguir mejorar los flujos de información.
Él quería hacer lo que hoy está multiplicado por millones: una página para que las personas pudieran encontrar información en línea. La característica distintiva que imaginaba era la posibilidad de hacer clic en enlaces para abrir los archivos en computadoras ubicadas en cualquier lugar.
Inicialmente, la web tenía rivales como CompuServe o el Minitel, por ejemplo. Pero eran pagados, mientras el sistema de Berners-Lee permitía publicar contenido gratuitamente en equipos conectados en red.
A mediados de la década de los 90, la cantidad de información alojada en los servidores creció a un ritmo vertiginoso. Google y Yahoo! nacieron para ayudar al público a encontrar páginas interesantes. Y la Web empezó a romper los esquemas económicos tradicionales. La posibilidad de acceder gratuitamente a los archivos ‘online’ transformó los modelos de negocios de la música, el cine y los medios masivos de comunicación.
Xavier Moreano, gerente de Marketing de Netlife en Ecuador, proveedora de Internet local, señala que a través de la triple W los usuarios han pasado por tres etapas en el acceso a la Internet. Se contabiliza desde el acceso a la Red 1.0 a la 3.0, que se simplifica en la evolución del paso del texto a imágenes y producciones audiovisuales de alta calidad. Además, de la interacción en las redes sociales.
Moreano recalca que en el 2020 cada persona tendría seis dispositivos conectados a la Internet. Estos pueden ser: computadora, tabletas, celulares, refrigeradoras, microondas… Eso está dado porque la tendencia que se ha mostrado este año a lo largo de los congresos de tecnología desarrollados a escala mundial, la conexión de dispositivos del hogar y personales a la Red serán parte de la vida diaria. Mientras más objetos interactúen con la Red y los celulares, menos injerencia humana tendrán. Así, se han mostrado calefactores, cepillos, cubiertos… inteligentes.
Martín Álvarez-Espinar, responsable en España del Consorcio W3C (institución que desarrolla los lenguajes abiertos de la web), dijo ayer que ha sostenido que la WWW solo ha dado su primer paso y que le queda mucha evolución.
“Sin duda las grandes revoluciones tecnológicas que nos esperan van a estar asociadas a la WWeb. Al final, esta lo abarca todo. (…) La Web va a estar presente en cualquier desarrollo futuro innovador, va a ser la base para construir esa futura innovación”, ha vaticinado.
En la actualidad, el consorcio trabaja en distintas líneas para crear lenguajes estándares y accesibles.
La primera de ellas es la automoción: se empieza a considerar al automóvil como un dispositivo más (como móviles inteligentes y ordenadores) con capacidad de conectarse a la Red y a otros elementos presentes en el vehículo.
También, en colaboración con fabricantes, creadores y distribuidores de contenidos, W3C ahonda en la convergencia de la Web y de la televisión.
Y la normalización de pagos seguros y la estandarización del formato de libro electrónico aprovechando la utilidad del lenguaje HTML son también focos de trabajo que se plantea en la actualidad.
La evolución de la triple w en el mundo
- 1989. Tim Berners-Lee hace circular su propuesta de gestión de la información en la organización europea para la investigación nuclear, sentando las bases de Internet.
- 1990. Los códigos informáticos se difunden, en paralelo a un primer navegador bautizado como WorldWideWeb. Las tres W harían posible utilizar la Red a escala mundial.
- 2013. El 40% de la población mundial, unos 2 700 millones de personas, accede a la red de redes. El idioma chino supera al inglés como lengua dominante.