Pienso que la libertad individual viene ligada a la libre determinación. Hay que destacar lo que es inherente a la persona como ser humano, en mi caso esto ha sido un apego profundo a la naturaleza, a la tierra, a mi propio entorno. Desde mi niñez me atrajeron las montañas, los ríos, el mar, el campo, todo lo que significaba desatarse de lo urbano, de lo citadino. Ya desde la época del colegio, con el grupo de amigos nos dedicábamos a salir de excursión al campo.
Luego como andinistas subiendo a las diferentes montañas del país, sin saber en ese entonces que la mayoría de esas montañas eran volcanes y activos.
Percibo mi libertad como la capacidad de haber podido decidir hacer lo que era inherente a mí a través de un proceso en el tiempo: estar en contacto con la naturaleza, conocerla, y disfrutar de ella.
Mi trabajo en los volcanes constituye gran parte de esa libertad.
El conocerlos y descubrirlos cada vez mejor, ha significado aprender a quererlos y respetarlos.