En esta clínica no se escuchan llantos ni gemidos. Hay ladridos y maullidos. Tampoco hay camas con sábanas y almohadas, pero sí existen jaulas con portasueros que están en el exterior de las celdas.
Los perros tienen en sus extremidades delanteras un parche blanco por donde pasa el medicamento. La idea es que no se lo arranquen con los dientes. Uno de los canes está inquieto. Sufrió un trauma cráneo-encefálico y le dan ataques de epilepsia. El aullido es fuerte y constante.
Los médicos de la Hospital All Pets le colocan cada hora una solución química para calmar su dolor y agitación. Es un springer spaniel, se llama Duke y tiene 4 años.
A este centro ubicado en las avenidas 6 de Diciembre y Portugal, en el norte de Quito, llegan al menos 40 mascotas cada 24 horas.
Fracturas, afecciones respiratorias, problemas gastrointestinales son las atenciones con más demanda. Tan solo esta última genera el 80% de las consultas.
Historias clínicas digitales; balanzas pediátricas; laboratorios de ecografía; análisis de muestras de sangre y orina; rayos X; quirófanos con monitores de signos vitales… son solo una parte de los servicios clínicos con los que cuentan los animales para ser atendidos en casos de emergencia.
Los médicos deben tener cuidados extras cuando los animales son anestesiados, pues su temperatura corporal baja y los veterinarios deben utilizar colchonetas térmicas para darles calor. Los equipos tienen en promedio dos años de vida. Todos están conectados entre sí para observar los resultados en línea en cada una de las áreas de tratamiento médico.
Los hospitales veterinarios -que atienden las 24 horas- son similares a un centro de salud para humanos.
Cuentan con equipos que permiten que los médicos veterinarios hagan un prediagnóstico del animal en 15 o 40 minutos, según los exámenes que el especialista a cargo solicite.
Cristian Sotomayor, dueño de All Pets, junto con dos veterinarios, toma una radiografía a Dalí. Es un boxer que hace 55 días sufrió una fractura en su muñeca izquierda. Las radiografías revelan que el hueso ya está soldado. No fue necesario imprimir la placa, la información se despliega en un casete que entra al escáner digital y la imagen pasa a una computadora. Los resultados ya no se obtienen en un cuarto oscuro.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país existen 573 clínicas veterinarias. Tan solo en Guayas y Pichincha está el 58% de los establecimientos. Según el Censo Económico, realizado en el 2010, se contabilizaron 2 297 veterinarios.
Jacqueline Gerritsen es veterinaria y empezó su actividad profesional en 1985. Después de 14 años inauguró la clínica que lleva su apellido: Gerritsen, ubicada en Cumbayá.
Allí, en este último mes se contabilizaron 160 consultas a perros y gatos. De ellas, al menos un 60% tiene que ver con infecciones por ingesta de elementos extraños.
Para tratar esto, los médicos cuentan con equipos de ultrasonido especializado para enfermedades específicas de las mascotas.
De acuerdo con sus registros, los objetos que más se tragan los animales son pelotas, juguetes, medias, piedras de jardinería, etc. Esto les causa una obstrucción intestinal, por lo que deben ser llevados al quirófano. Allí, la sala está implementada con oxígeno centralizado, con un dispensador pegado a la pared que prescinde de los tubos.
Hay máquinas de anestesia. En los lavabos, tal como en los hospitales de humanos, los veterinarios deben aplastar un pedal para obtener jabón y las llaves de agua se controlan con los codos. El objetivo es no contaminar el espacio.
En el área de rayos X aún se trabaja con las placas impresas, por eso el sitio está construido con paredes de plomo para evitar que la radiación afecte a quienes están en la clínica.
Corrección
Cristian Sotomayor,
Director hospital Allpets
Sobre la nota “Hospitales con tecnología de punta para mascotas” del 9 de marzo del 2014, acabo de revisar el artículo publicado y agradezco por tomarnos en cuenta. Lo que me llama la atención es que nos presente como clínica Allpets… Como le había expresado nosostros somos un hospital que viene trabajando como tal desde 1999.
Nota de la Redacción
Ofrecemos disculpas al señor Sotomayor y a los lectores por el error.