Hay usuarios que asumen un compromiso de por vida con algunas herramientas informáticas.
Crean lazos de fidelidad indisolubles. Nacieron y crecieron con Windows y envejecerán usándolo.
Otros crecieron con el programa Windows, pero movidos por la curiosidad probaron el sistema operativo Linux y ahora tienen más elementos de juicio para elegir entre ambas plataformas.
Sucede lo mismo con el navegador Internet Explorer. Todavía son pocas las personas que se atreven a instalar otros navegadores en su computadora, aunque esto no represente ningún costo económico. Este apego a lo conocido hace que los cibernautas sean poco críticos con los programas que emplean porque no conocen otros.
¿Usted ya utilizó Opera? Es un navegador que nació en Noruega. Su última versión tiene un nuevo sistema que permite compartir contenidos con otras personas sin tener que subirlos a un sitio web. Opera, una herramienta que puede ser descargada sin costo de Internet, posee una interfaz amigable, lo cual facilita su empleo.
Así como la herramienta Opera hay otras decenas de programas gratuitos y fiables que esperan que algún cibernauta, con la curiosidad intacta, los pruebe, al menos una vez.