Grupos de ciudadanos, con las banderas del arco iris, que simbolizan a la comunidad Glbti, están ubicados frente a la Corte Constitucional, en la avenida 12 de Octubre, en Quito. Foto: Mariela Rosero/EL COMERCIO
Satya ya cumplió 6 años. Nació en Malchinguí, Pichincha. Pero siendo ecuatoriana vive en Quito con un documento de extranjera residente en el país.
Sus madres, las británicas Helen Bicknell y Nicola Rothon, han luchado por su identidad, desde que vino al mundo, tras un proceso de inseminación artificial al que se sometió la primera. La pareja es estable, es un caso de doble maternidad y de una familia diversa.
Eso se escucha en gritos y cánticos, con fondo de tambores. También se oye “fuerza, fuerza, familia diversa”. “Dos mamás también es familia”.
Los gritos provienen de ciudadanos, con las banderas del arco iris, que simbolizan a la comunidad Glbti (gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexo). Están ubicados frente a la Corte Constitucional, en la avenida 12 de Octubre, en la capital.
Este jueves 8 de junio del 2017, las madres de Satya y quienes apoyan su causa, esperan que la Corte conteste a la acción extraordinaria de protección presentada ya hace un año. Buscan que la niña ecuatoriana lleve el apellido de sus dos madres. Ella ya fue reconocida en el Reino Unido. Su caso podría sentar un precedente.
Lo señala José Luis Guerra, director general titular de la Defensoría del Pueblo.
Hace un año presentaron el caso. Este jueves 8 de junio de 2017, ante el Pleno de la Corte Constitucional, la defensa de la causa de Satya espera poder profundizar los argumentos. Y esperan una sentencia favorable a su pedido. No se conoce si será posible tener la respuesta este mismo día.
Han esperado desde abril del 2012, cuando presentaron el pedido a la Tercera Sala de Garantías Penales de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha.
“La niña tiene una identidad reconocida por autoridades inglesas. Pedimos que se garantice el derecho de Satya a tener una identidad. Es parte de una familia diversa, de las que habla la Constitución”.
Guerra apunta que la aceptación del pedido de que se respete la identidad de Satya, hija de una pareja de mujeres, no afecta los derechos de otras familias del país. “Es un estado laico”, afirma.
Frente a los grupos que apoyan el #casoSatya también hay una decena de personas, de una agrupación Pro Vida. En redes sociales se ha hablado de “lobby gay”. Ellos piden respeto a la familia tradicional. “Derecho de los niños, familia natural”, dicen con un megáfono.
Sobre este punto de vista, la abogada Bernarda Freire, recuerda que sea cual sea la sentencia de la Corte, Satya seguirá teniendo dos madres. Sin embargo espera que la Corte Constitucional aproveche la oportunidad para decidir de qué lado ubicarse. “El del derecho a la identidad y a los diferentes tipos de familias o al de una visión retrógrada, que años atrás se opuso al divorcio, al matrimonio interracial, etc”, comenta.
Para Freire, una sentencia en contra de otorgarle la identidad que tiene Satya, lastimará no solo a la comunidad Lgbti sino a otros tipos de familias: de madres solteras, de padres divorciados, familias reconstruidas, parejas que deciden no tener hijos, etc.
El caso Satya, anota Freire, sentaría un precedente para educar a la población. Así todos irían entendiendo que el amor es superior al prejuicio. Y que el Estado no puede decidir a quién ama un ciudadano.
Al mediodía de hoy todavía no empieza la audiencia, convocada para las 11:30. Hay otra audiencia que sigue en trámite.
“Que sea inscrita ya, Satya tiene dos mamás”, cantan más de cien personas y tocan tambores, mueven banderas y globos de colores.
Llevan carteles con frases como “Sí a la diversidad, a la libertad de elegir, no a la intolerancia ni a la discriminación”. “La homofobia no pasará”. “Dos mamás también son familia”.