Santo Domingo ya cuenta con su primer zoológico, llamado Isla del Tapir. Es un espacio adecuado para especies confiscadas y rescatadas. Foto: Juan Carlos Pérez/EL COMERCIO
El primer zoológico de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador, ya funciona con 200 especies que fueron rescatadas de sitios donde se las tenía en cautiverio.
A la altura del kilómetro 21, de la vía Santo Domingo- La Concordia- Quinindé, se adecentaron 80 hectáreas para albergar a 10 variedades de animales silvestres.
El lugar se llama Isla del Tapir y hace una semana abrió las puertas para los turistas nacionales y extranjeros. Los saínos, tucanes, guacamayos, venados, lagartos, tortugas, garzas, monos, tigrillos y culebras se pueden avistar en recorridos guiados de una hora.
El zoológico nació de una iniciativa particular de su propietario Néstor Díaz. Hace varios años él observaba cómo personas aprovechaban comercialmente a las especies y alteraban su hábitat natural al mantenerlas en lugares no adecuados.
Por eso en el 2010 inició una campaña para que fueran trasladadas a su predio. Díaz dice que lo hace para crear conciencia en las personas sobre la importancia y conservación de los especímenes.
El Ministerio del Ambiente es parte de esta gestión. Los animales que se rescatan en la provincia, en los operativos que se realizan en conjunto con la Policía de Medio Ambiente, son reintroducidos en la Isla del Tapir. También los que llegan por donaciones.
Las iguanas, serpientes matacaballo, tortugas y perezosos se entregan con frecuencia. 41 donaciones voluntarias por personas que tenían los animales como mascotas se facilitan mensualmente. En esos casos hay algunos de importancia para la conservación de la vida silvestre. Por ejemplo, una tortuga mordedora, mono machín, perezoso de tres uñas y la boa constrictor que están registrados como animales en potencial amenaza por la acción del hombre, según la Lista Roja de Fauna del Ecuador.
Néstor Díaz, el dueño del zoológico, espera que a partir de su proyecto les entreguen nuevas especies que quizás no están en ambientes adecuados. Señala que aún hay espacio suficiente para este propósito, pues de las 80 hectáreas disponibles apenas están ocupadas cinco. El mantenimiento y el cuidado de los animales se financian con la contribución de un USD 3 que hacen las personas que visitan el zoológico Isla del Tapir.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, el entorno rodeado de bosque da lugar a la salida inusual de animales silvestres fuera de su hábitat. Los bosques La Perla y Lelia rodean la provincia y con frecuencia los animales de estos sitios se salen y luego no pueden retornar.