¿Qué mujer no le teme a las estrías que podrían aparecer tras el embarazo? Si es una de ellas, seguro ha seguido las recomendaciones de amigas y publicidades y, con certeza, en su baño reposan cientos de cremas, aceites y cuantos menjurjes suenan para prevenirlas.
Sin embargo, este tipo de consejo, ni el alto consumo de agua ni el ejercicio ni tener una fuerte pared abdominal ni la sana alimentación le librarán del todo de la posibilidad de tener estrías.
La razón: la susceptibilidad genética, el metabolismo, las hormonas, e incluso el funcionamiento del sistema endocrino también podrían influir.
Según Orlando Dueñas, médico especialista en dermatología estética, una enfermedad puede hacer más débil la piel y, por tanto, exponerla rápidamente a cualquier transformación.
“En el embarazo, por ejemplo, los cambios hormonales también hacen que la piel se comporte diferente y que no tenga la fortaleza para el repentino estiramiento gestacional, por lo que la hace más susceptible”, indica Dueñas.
Sin embargo, la medicina no ha encontrado la fórmula para prevenirlas ni eliminarlas por completo tras su manifestación. Si bien es cierto que algunas cremas o tecnologías del mercado funcionan para mejorar la calidad de la piel, no garantizan la no aparición.
De igual manera, el riguroso cuidado que una embarazada tenga con su piel –afirma el médico Dueñas– tampoco garantizará que estén exentas.
“Tengo pacientes consagradas al deporte, estrictas con su alimentación, consumidoras de agua y con rutinas de hidratación de la piel desde los 15 años y tienen estrías tras el embarazo. Este es el mejor ejemplo para explicar que estas no son excluyentes y que tras los cuidados externos también hay internos que influyen en su presencia”, indica Dueñas.
Por tanto, las estrías son como el amor, no discriminan sexo, raza, color ni tamaño. Cualquier mujer, por más que cuide su piel, estará expuesta a esas marcas.
Las estrías aparecen cuando las capas internas de la piel se rompen por el estiramiento de la misma y la ruptura de fibras de colágeno y elastina.
Por tanto, por tratarse de una fractura o cicatriz cutánea, las estrías son de carácter médico, por encima de lo estético. En ese orden de ideas, se debe visitar al dermatólogo antes de la adolescencia y del embarazo (que es cuando ocurren agresivos estiramientos de la piel).
Los expertos evaluarán el tipo de piel, sus características y necesidades y su forma de cicatrización, con el fin de prepararla para ese cambio abrupto de la dermis. De esa manera, se podrían tener algunos mecanismos de defensas para bajar el nivel de aparición.
Es fundamental no automedicarse con ninguna crema, ya que cada piel tiene diferentes características. Además, se deben conocer los componentes, las indicaciones y contraindicaciones, ya que algunas cremas traen medicamentos que propician la aparición de las estrías.
“Los corticoides, por ejemplo, son un medicamento con fabulosos resultados cuando se formula por un médico. Pero este mismo podría ocasionar estas cicatrices”.
Así que no se confíe de sus exageradas cremas que aplica en su vientre. Es hora de ver las estrías, también, como la posible consecuencia de una enfermedad hormonal. Consulte al dermatólogo.