Robert Downey Jr. es el actor mejor pagado gracias a éxitos como ‘Iron Man’; pero ha dejado por un rato la ciencia ficción por un drama. Foto: AFP.
Robert Downey Jr. se ríe y habla con la gracia y tono de Tony Stark. O al revés: el personaje de Marvel tiene el carisma de Robert Downey Jr., porque, siendo justos, este actor de 49 años es más que el Iron Man de los cómics.
Y acá, en el Festival de Cine de Toronto, Robert Downey Jr. deja claro que antes de la armadura roja y amarilla, antes de ganar USD 50 millones por película y antes de ser el actor mejor pagado de Hollywood, en su carrera hubo drama, mucho drama: como su primera nominación al Oscar por ‘Chaplin’, en 1992, o la adaptación literaria de Bret Easton Ellis que fue ‘Less than zero’ (1987).
Y ahora, de nuevo, abraza el lado serio del cine con ‘El juez’, una historia en donde interpreta a Hank Palmer, un abogado que ha hecho su fortuna defendiendo a tipos malos. Este Palmer tiene tics y chistes de Stark, sin duda, pero pronto vemos que debajo de su armadura de fanfarroneo hay también fragilidad y dolor.
Es un regreso de Downey Jr. a películas que buscan una audiencia más adulta. Menos infantil. Con mayor enfoque en las ideas y conflictos del mundo real que en la competencia de superpoderes y efectos especiales. En el núcleo de todo está el conflicto Robert Downey Jr. versus Robert Duvall: el conflicto que se presenta entre un hijo pródigo y un padre orgulloso. Uno, abogado; el otro, el juez.
Lo que ofrece ‘El juez’ es un producto escaso en estos días de infantilismo fílmico. “Yo creo que mi personaje diría: ‘Me encantaría defender a Robert Downey Jr.”.
Con una ruta nada tranquila, sin duda que el propio Robert ha tomado la defensa de sus casos ante la opinión pública cuando el abuso de drogas era un tema en su vida en los 2000.
Pero ahora, con 11 años de rehabilitación y limpieza total, el actor ha vivido un plan quinquenal que jamás se hubiera imaginado en su carrera. Porque desde que en 2008 aceptó ser Iron Man, su carrera se ha encumbrado hasta las alturas de una industria donde es complejo sobrevivir y más difícil aún recuperarse.
Y la recuperación -en su caso, desde el punto de vista profesional- se explica en parte por la relación con su esposa, Susan Downey, con quien ha compartido su vida desde el 2005. Con esta película, inauguran su compañía productora: Team Downey.
“Estábamos muy entusiasmados de que esta fuera la primera película, porque no era uno de esos grandes éxitos de taquilla que Robert y yo hemos estado viviendo hace un rato”, dice Susan Downey, la esposa de la estrella, y quien tuvo que soportar los embistes románticos del actor en los comienzos de su relación, mientras trabajaban juntos en 2003 en el filme ‘Gothika’.
Downey Jr. lleva una vida sin recaídas y una estabilidad que ya cuenta con el nacimiento de su hijo, el pequeño de 2 años Exton Elías Downey.