Amuleto es el título del segundo álbum de estudio que Ricardo Pita planea publicar hasta octubre próximo. Foto: Jofre Flores / EL COMERCIO
Ricardo Pita, quien fuera bajista de la banda Niñosaurios y quien colaboró por siete años con el grupo de Héctor Napolitano, prepara su segunda producción discográfica. La propuesta musical del cantautor guayaquileño bebe del folclore latinoamericano en fusión con géneros como el blues, la polca y el rock.
‘Las aventuras de ayer, hoy y siempre’ (2013), su primer CD, lo llevó “de paseo” por Latinoamérica en una gira por bares y festivales de Argentina, Uruguay y Perú.
El segundo disco, ‘Amuleto‘, se desprende también del “inesperado” tour, porque a su paso por la ciudad de Angol (Chile) en el Centro Cultural de la localidad le propusieron grabar sus temas.
“La idea era grabar unas canciones con percusión, guitarrista y voz. Pero se empezó a regar la voz y comenzó a llegar más gente, terminó siendo un disco en que participaron 25 músicos”, cuenta Pita, de 36 años. Tras la difusión en Internet de sus primeros conciertos comenzó a recibir invitaciones de distintos países.
‘Amuleto’, que contará con 14 temas, está en etapa de postproducción. Pita planea publicar el disco hasta el próximo octubre.
“En Chile gustó mucho lo que hice, a los meses me enviaron un pasaje para que regrese”, cuenta el compositor de más de 50 canciones que recibió “la patadita” de respaldo del ‘Viejo Napo’ y de Hugo Idrovo.
“Creo que esa apertura obedece a que mis canciones tienen esa sencillez. Mi música es bastante amigable. Los hijos de mis amigos cantan mis temas, pero de repente también me para en la calle una pareja de 60 años, que me pide una foto”, contó.
La imagen del cantautor, y la impronta de canciones como Despierta, Canción para el resto de los días o La monedita, es la de un trovador urbano, contemporáneo.
“Estoy tratando de escaparme un poco de esa imagen. La música que hago tiene lo mismo de pasillo, de folclor latinoamericano, de música peruana, gitana, rumana… Decir que solo soy trovador como que me deja corto, siento yo”, señala.
El método es escuchar hasta la saciedad música de diversas latitudes por las que siente pasión, hasta terminar “absorbiéndola” e incorporándola a sus canciones. “Estoy componiendo dos o tres temas al día”.