La Plaza de la Independencia, en Quito, se iluminó al ritmo de la música electrónica. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
La Catedral junto la Plaza de la Independencia acogió nuevamente las Noches Patrimoniales organizadas por Quito Turismo.
Plaza Beats busca posicionar la música electrónica entre la gente. Este segundo año que realizan el evento tuvieron como invitados a los DJ Nicola Cruz y Kalesh Espíndola, el sábado 27 de septiembre.
Ambos productores musicales -con trayectorias en el país y presentaciones internacionales- presentaron ‘set lists’ por turnos en lapsos de media hora a 40 minutos.
Cruz presentó un espacio musical enfocado en la “vibra de la gente“. Con el uso de material instrumental, como la guitarra y batería, Cruz planteó su música más suave cuando la gente estaba más tranquila, a medida que se iban prendiendo su música también aumentó los beats.
Espíndola abrió la noche a las 19:30 y él mismo se encargó de cerrar el evento a las 21:40. Su estilo musical estuvo más apegado al house y techno pero –según Espíndola- trata de mantenerse siempre con raíces del funk, el jazz y el soul.
Para el productor, este concierto al aire libre permite que su música se acerque a nuevos públicos, “queremos capturar gente, que antes tenía un poco de rechazo a la música electrónica porque está estigmatizada. La idea es abrir la mente a la gente y que empiece a apreciar esta música y el arte que hacemos“, manifestó Espíndola.
La Plaza quedó grande para el evento, por la poca asistencia del público –que en la noche alcanzó aproximadamente 150 personas-. Según María Sara Gabela, coordinadora de facilitación y servicios turísticos de Quito Turismo, la lluvia de la tarde afectó la motivación del público. “Pero nosotros seguimos haciendo las actividades e institucionalizaremos esto año a año hasta que sea un evento fuerte“, explicó Gabela.
Raúl Guamán, asistente al concierto, dijo que la presentación cumplió con sus expectativas. Como amante del house, cuenta que ni la lluvia evitó que llegara a la Plaza, por la gratuidad del evento y el concepto de que se realice en un espacio abierto.
El espacio dio la oportunidad de la proyección de visuales a cargo de Juan Carlos Quezada, de Avmarketing. La mezcla de visuales en vivo, dice Quezada, se llevó a cabo con proyectores de 8000 lumens, y un video de resolución de 2400 por 600 pixeles. Es decir, un espacio de aproximadamente 40m sin cubrir la mitad –puerta principal de la Catedral- donde se encontraban los DJ.
Para Quezada el evento se radicó en la unión de las habilidades que cada uno ofrece. Así, dice Quezada, el espectador tiene una mezcla entre video y sonido que genera sensaciones, llama más la atención y genera un impacto visual más grande todavía.