Los rituales se pueden hacer hasta mediados de este enero, en Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Los últimos tres días del año fueron ajetreados para los yachaks del Hospital Andino de Chimborazo. Los cupos para las limpias y baños de prosperidad que se ofrecen allí se coparon con personas que esperaban renovar sus energías antes de que el 2018 arranque.
Una fusión de hierbas amargas y dulces para equilibrar la energía del cuerpo y eliminar rencores, miedos, estrés y malos sentimientos es la receta que diferencia a los rituales de la cultura Puruhá de otros que se hacen en el país.
Los yachaks del Hospital Andino tienen consultorios donde reciben a los pacientes antes de iniciar las ceremonias. “Se trata de pedir el poder de Pachakamak (dios) y de la Pacha Mama, para descargar las energías negativas, relajar el cuerpo e iniciar una nueva época en armonía”, explica el yachak Mariano Atupaña.
Para la cultura Puruhá no se inicia un nuevo año, pero sí una nueva estación. Las fiestas de fin de año de la cultura occidental coinciden con el Kapak Raymi, fiesta del nacimiento, de la fertilidad y de los niños.
“En esta época del año hay cultivos como las papitas y los cereales que empiezan a nacer y están en brote, y otros que empiezan a sembrarse. Por eso es un tiempo especial, dedicado a todo lo nuevo que nace y a los niños”, dice Atupaña.
Él piensa que es una época ideal para limpiar el cuerpo y la mente, y renacer nuevamente. Con ese propósito se ofrecen limpias especiales y baños de prosperidad, que se hacen con una cocción de 12 granos secos, flores de tres colores y esencias aromáticas.
“Es muy importante que los granos sean del año anterior.
Escogemos trigo, arveja, haba, centeno (un cereal poco común), maíz… cada uno representa un mes del año”, cuenta Fabiola Yuquilema.
Las limpiezas y baños cuestan USD 20, y aunque se promocionaron para los días 28, 29 y 30 de diciembre, pueden hacerse hasta mediados de enero, antes de que concluya la temporada de Kapak Raymi.
“Esta época, los seres vivos emanan más energías. Celebramos la energía masculina, que por la dualidad hace posible la vida de todo lo que conocemos”, cuenta Anaguarqui.
Ella dice que esta es una estación especial, porque los sembríos están en sus primeras fases y las plantas, las montañas y todo lo que según la cosmovisión andina tiene vida, tiene una energía especial.
Por eso, esta es la mejor época para participar en un ritual andino de florecimiento y prosperidad. Esta ceremonia incluye una limpia con hierbas sagradas, amargas y dulces, que equilibran las energías de una persona, eliminan las malas vibraciones por envidias, susto, estrés o depresión.
Anaguarqui utiliza marco, romero, ruda, manzanilla, entre otras hierbas. Los atados para la limpia se preparan de acuerdo con las necesidades de cada persona.
“A quienes no han estado actuando bien, por ejemplo, les ponemos ortiga. Una planta sagrada que es consejera”, cuenta la yachak.
Marco Bermeo fue uno de los primeros en solicitar un baño de prosperidad. “Este es el segundo año consecutivo que participo en este ritual. A mi esposa le recomendaron esta limpieza y nos ha resultado muy bien. Pienso que es por la fe que tenemos”.