Los gastos de Solca se centran en suministros y personal. En Guayaquil detectan 3 000 nuevos casos al año. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Del cáncer se habla mucho pero es una enfermedad silenciosa. Ocurre cuando el desarrollo celular se descontrola: las células viejas o dañadas sobreviven, cuando deberían morir; y las nuevas se forman cuando no son necesarias. Así aparecen masas o tumores.
Jennifer nació con un nefroblastoma, tumor maligno en los riñones. Tenía 5 años cuando lo detectaron y el diagnóstico no era alentador.
Pasó por cirugías, quimioterapias y su expectativa de vida era baja. Ahora, con 18 años, sigue asistiendo a controles cada cuatro meses y es parte de un grupo de sobrevivientes.
Diagnóstico oportuno, tratamiento, apoyo psicológico e investigación son parte de los elementos que integran los programas de atención de esta enfermedad catastrófica.
Todos fueron incorporados en la propuesta de Ley Orgánica de Lucha contra el Cáncer. Es una iniciativa del colectivo Acuerdo Nacional contra el Cáncer, que entregó 159 786 firmas al Consejo Electoral, con la meta de que la Asamblea la tramite y apruebe.
Pero su difusión ha causado ‘diagnósticos’ contrapuestos. Para sus promotores es un primer paso hacia el establecimiento de una estrategia integral de atención del cáncer, que va más allá del abordaje médico. Confían en que el documento podrá concretarse en políticas públicas en beneficio de los pacientes con cáncer.
Pero la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca), que cumplirá 66 años de vida institucional, ve en la ley una amenaza. Al no mencionar una fuente clara de financiamiento, sus directivos creen que pone en riesgo los recursos que el Estado les entrega.
Solca nació en Guayaquil, donde cada año se reportan
3 000 nuevos casos de cáncer. Actualmente tiene ocho hospitales en el país, más centros ambulatorios y de prevención.
En 2016 reportó un presupuesto ejecutado de casi USD 92 millones. Las tasas (USD 37,4 millones), ventas no industriales (USD 30 millones)y transferencias del sector público (USD 24,4 millones) conforman sus ingresos. Sus gastos se centran en servicios, suministros y personal.
A inicios de este mes, 14 organizaciones del Acuerdo Nacional entregaron al CNE las firmas de apoyo a la ley. Foto: archivo / Patricio Terán / EL COMERCIO
Sixto Cuesta, presidente de la comisión de finanzas de Solca, no solo cuestiona que no se nombre a la institución en el proyecto de ley. También, centra sus críticas en la disposición segunda, que da a la autoridad competente en finanzas la potestad de definir de dónde saldrán los recursos para la ley.
“Es una disposición muy vaga. Dice: que no se genere nuevo gasto público. Eso significa que tomarán los recursos existentes. ¿Y quién es el beneficiario de esos recursos? Solca”.
Manuel Robalino es uno de los voceros del Acuerdo Nacional contra el Cáncer y aclara que las asignaciones de Solca no se tocarán. Explica que el Código Monetario y Financiero vigente estableció que la institución “seguirá recibiendo recursos, por lo menos equivalentes” a los que obtenía con la ley que le antecedió.
Las leyes -dice Robalino- solo pueden ser modificadas por normas de igual o mayor jerarquía. “Lo planteado no tiene artículos que lleven a la interpretación que hace Solca”.
Otro punto de conflicto es la creación de un Consejo Nacional contra el Cáncer. Para Cuesta, eso representa más burocracia y un retroceso en la autonomía de Solca. Robalino, en cambio, asegura que se busca articular un sistema de salud oncológica, con instituciones públicas, privadas y organizaciones sociales. En ese sistema -apunta- Solca podría ser un miembro nato.
En el 2016, el Ministerio de Salud registró 82 000 atenciones por cáncer en sus unidades médicas. Solo Solca Guayaquil reporta un promedio de 1,5 millones de atenciones anuales. Pero no hay datos globales de atención en cáncer como país.
Wilson Merino Rivadeneira es el promotor de la iniciativa de Acuerdo Nacional, que ha sumado el apoyo de figuras políticas, equipos de fútbol y 9 000 personas con cáncer, en 39 encuentros. Su madre murió con el mal. Está convencido de que no solo se debe tratar desde la parte médica sino también desde lo laboral, la educación, el acompañamiento emocional, el acceso a transportación y otras áreas.
“En el país, el 40% de niños con cáncer abandona el tratamiento médico por pobreza y otras barreras sociales y culturales. Siempre debemos poner primero al ser humano sobre cualquier tipo de estructura constituida”, subraya Merino.
En un par de semanas la propuesta llegará a la Asamblea. Poly Ugarte, legisladora del PSC, rescata los elementos de atención integral de la ley y anuncia que propondrá incluirlos en el Código Orgánico de la Salud. “Para qué armar un ente burocrático nuevo y sin presupuesto”, comenta.
En medio de esta confrontación, la historia de Ronaldo demuestra cómo dos instituciones pueden trabajar juntas. Desde los 9 años, cuando le detectaron leucemia, acude a Solca Guayaquil. Ahora, a los 16 años, la Fundación Cecilia Rivadeneira lo eligió para cumplir su sueño de conocer a los jugadores del Real Madrid.
Para Acuerdo Nacional contra el Cáncer no es tarde para llegar a una conciliación. Dicen que es solo un borrador y que todos los interesados pueden ser parte del análisis y la discusión del texto final. Solca insiste en que la ley es innecesaria, y pide mayor libertad administrativa y científica para seguir funcionando.
En contexto
La segunda causa de mortalidad general, después de enfermedades cardiovasculares, es el cáncer, según el Ministerio de Salud. El 7 de diciembre de 1951 se fundó Solca. En el 2012 se creó el Consejo Intersectorial de Lucha contra el Cáncer.