Los nuevos formatos se destacan porque mejoran la estética de los espacios y merman los desperdicios. Xavier Caivinagua/EL COMERCIO
El porcelanato y la cerámica de gran formato son nuevas alternativas para pisos y paredes. Las medidas son variadas, pero por lo general tienen 45 por 67,5 centímetros; 45 por 90; 20 por 120; 60 por 120 y 40 por 120 centímetros.
Las convencionales alcanzan hasta los 60 por 60 centímetros.
Según el diseñador de Interiores de Home Vega, Luis Mario Feijoo, al tener un mayor formato existen beneficios estéticos porque se tiene un espacio más limpio, pulcro y sobrio.
Es decir, se eliminan gran cantidad de juntas entre las piezas y el piso o la pared se ve más uniforme. Otros beneficios, dice Feijoo, son una colocación más rápida y se facilita el mantenimiento.
En eso coincide el arquitecto cuencano Fernando Solano: “Hay menos desperdicios porque merman los recortes y solo se hacen los indispensables, principalmente en las esquinas.
Además, la velocidad de instalación es mayor porque se colocan más piezas en menos tiempo, lo que repercute en el costo de la mano de obra”.
Solano dice que si bien tienen un costo mayor y, al inicio, puede representar una desmotivación, al final se recupera en el tiempo de colocación.
Él recomienda que pese a que sean formatos grandes se necesitan juntas de dilatación entre cada pieza para evitar trizaduras, porque siempre hay fricción o movimientos mínimos.
Desde el punto de vista de las sensaciones, el formato grande genera una ilusión visual de estar en un sitio más grande de lo que es, agrega Feijoo.
Para Solano, lucen mejor en espacios grandes que tengan buena iluminación natural o artificial.
También hay piezas con texturas maderadas antideslizantes o de piedra, para zonas de piscinas.
Feijoo recalca que los formatos grandes tienen igual o superior capacidad de absorber fuerzas de compresión, tracción y flexión debido a la tecnología de fabricación.
“No se romperán ni se trizarán más que una pieza convencional”.
En los últimos meses tienen más demanda porque, al principio, los clientes pensaban que su instalación y mantenimiento eran complicados.