Un equipo de seis personas, liderado por Geovanny Sangucho, preparó las réplicas para la muestra que se exhibe en San Francisco. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Cuenta la leyenda que San Francisco de Asís, fundador de la Orden Franciscana, fue quien ideó el primer belén en la iglesia italiana de Greccio, Italia, durante la Nochebuena del año 1223. Para continuar con esa tradición católica, en el Centro Histórico de Quito se prepararon cuatro muestras de pesebres para recibir a la Navidad.
En nuestro país, esta costumbre se desarrolló inicialmente en los monasterios. En el convento de San Francisco, desde el pasado viernes se exponen más de 100 pesebres, en los horarios de 09:00 a 17:00. La muestra culminará el 8 de enero.
Entre los pesebres más llamativos están las réplicas a escala de las iglesias de San Francisco, la Catedral y Guápulo, además de los nacimientos que tienen ambientes andaluces y que son construidos con cera de abeja, uno de los materiales más difíciles de obtener.
La exposición tendrá figuras religiosas patrimoniales de los siglos XVII y XVIII, en su mayoría de inspiración de la Escuela Quiteña. El costo de la entrada es de USD 2 para adultos, 1 para estudiantes y 50 centavos para niños.
En el Carmen Alto, un convento que alberga uno de los conjuntos escultóricos más valiosos del Patrimonio Cultural de Quito, se presenta otra muestra. Ayer se inauguró la exposición ‘Chigualo’ o la Navidad Montuvia, donde se hace un recorrido por las formas, ritos y expresiones culturales propias del pueblo montuvio. El horario de atención será entre las 09:30 y las 17:30.
La exposición durará 25 días. Está desplegada en 66 metros del monasterio y muestra la celebración de varios días, mientras Jesús parte en procesión hasta llegar a la casa en donde lo esperará un altar. La entrada cuesta USD 3 para adultos, 2 estudiantes, 1 niños y tercera edad.
En el Centro Cultural Metropolitano se exhiben cuatro pesebres que cumplen ciertas exigencias, como su dimensión y el uso de materiales de reciclaje. El ingreso es gratuito.
Según Alberto Ávila, quien lideró la muestra de pesebres en la iglesia de Santo Domingo, las exposiciones buscan aflorar el alma creativa de los escultores. Para él, cada detalle no solo habla de religiosidad, en sus obras hay un mensaje profundo de concienciación.
En el monasterio del Carmen Bajo, las madres carmelitas realizarán la exposición de su pesebre patrimonial a grupos de 20 integrantes, con reservación previa.