Paola Ayala es decana de la Escuela de Ciencias físicas y Nanotecnología de Yachay Tech. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Los científicos no son Google. Sin embargo, una base teórica sólida les ayuda a responder varias de las inquietudes de la sociedad. Es por ello que para Paola Ayala, la novel decana de Ciencias Físicas y Nanotecnología de Yachay Tech, la formación académica es una de las piezas claves no solo para el desarrollo de la ciencia en el país sino que es un requisito para entrar en sintonía con el mundo contemporáneo.
Ella es la primera ecuatoriana en obtener un PhD en Física. Por más de 10 años, su vida ha transcurrido entre laboratorios de Estados Unidos, Alemania, Austria, Brasil, entre otros. Ahora que regresa al país, y a manera de retroalimentación, habla sobre cómo ha sido este período de formación y sus planes con los estudiantes de uno de los más ambiciosos proyectos educativos del Gobierno.
¿Cómo fue su encuentro con la física?
Fue una cosa muy eventual porque me enteré que se podía estudiar física en la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Una vez que supe eso me di cuenta que era para mí.
¿Cuál ha sido su interés en el campo de la física?
Mi carrera está más direccionada a lo que es la física del estado sólido. Sin embargo, me gustan muchísimo, como ‘hobby’, los rayos cósmicos de energías altas, temas de mecánica cuántica, relatividad…
Es curioso que no tengamos muchas ecuatorianas en la física…
Es que no es solo en el país. No hay mujeres en la física en todo el mundo. En realidad, los países que tienen más mujeres en la física son aquellos en los que las culturas tienen un método de apoyo familiar para con la maternidad.
Y si es que uno se pone a analizar a los países más desarrollados, solamente esos donde se está empezando a hacer un sistema de guarderías es donde se incrementa el número de mujeres en las ciencias. Pero, en general, es bajísima la presencia de la mujer en este campo.
De hecho yo he representado al Ecuador por casi nueve años para la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada donde hay un grupo de mujeres que se encarga justamente de trabajar en cada país identificando los problemas de por qué no hay mujeres en este campo.
¿Cuáles son las lecciones que dejó su paso por la Universidad de Viena?
En la Universidad de Viena llegué a la posición más alta que haya podido: tener una cátedra permanente bajo la física australiana Berta Karlik, quien fue la primera mujer en dar una cátedra permanente ahí. En aquella época, esta señora ni siquiera cobraba sueldo por el hecho de ser mujer. Fuera de eso, está el hecho de haber compartido mi vida con gente de una cultura que lleva una metodología bastante estricta y que sabe disfrutar de la vida; fue aprender a ver el mundo de forma diferente.
¿Cómo mira al Ecuador en el campo de la física?
Sí se han hecho bastantes cambios. Hay que reconocer que hasta hace un tiempo solo en la EPN se enseñaba física. Luego se sumaron la Escuela Politécnica del Chimborazo, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y la Universidad San Francisco de Quito. Así, el número de físicos ha crecido.
Y si bien es aún limitado, los que existen enseñan a la gente la importancia de formar expertos en esta área. Porque una persona que estudie física es alguien que aprende a desarrollar un pensamiento lógico que le ayuda a desempeñarse en varios contextos, desde cosas técnicas hasta las finanzas.
¿Cómo ha sido su relación con el campo de la nanotecnología?
He estado trabajando en nanotecnología desde que empecé mi doctorado, en el 2003. Siempre he laborado con materiales de carbono como objeto de estudio. Sin embargo, he tenido la oportunidad de involucrarme en técnicas de análisis espectroscópicas muy diferentes a lo largo de los años.
He trabajado con espectroscopia óptica (absorción gamma, fotoluminiscencia). Y también he trabajado en el estudio de las propiedades electrónicas de materiales nanoestructurados con técnicas como fotoemisión, absorción de rayos X, etc.
¿Qué es lo que quiere potenciar con los estudiantes de Yachay?
No solo con los estudiantes sino con la gente que está involucrada en el proyecto. Del lado de los estudiantes, hacerles ver que estamos en la capacidad de generar conocimiento en el ámbito de la nanotecnología como cualquier otro lugar del mundo; motivar a las personas para que estos temas que tal vez parecen nuevos, se puedan desarrollar sin ningún miedo.
Y por el lado de los profesores, como sabemos que tenemos un grupo de culturas diferentes, ayudarles a que se trabaje de la manera más óptima para sacar adelante el proyecto en sí.
¿Hay los recursos para desarrollar grandes y largas investigaciones?
Es que las grandes investigaciones no necesariamente necesitan grandes recursos. Necesitan de gente capaz y que sepa hacer colaboraciones.
¿Ecuador tiene años de retraso tecnológico frente a otros países?
No veo que el Ecuador sea sumamente retrasado. Cuando camino por las calles de Quito no es que veo a gente que esté utilizando menos tecnología de la que he visto en Japón. Pero el hecho de que tengamos acceso a ella hace que las personas tengan una visión de cómo hacer las cosas de una manera diferente. La cuestión ahora es preparar una masa de investigadores críticos que puedan hacer este tipo de innovaciones tecnológicas.