Las dos semanas de vacaciones escolares de fin de quimestre cambian la rutina familiar. Los padres deben ingeniarse para que los niños se diviertan.
Pablo Andrés Reinoso, por ejemplo, eligió pedir vacaciones en su trabajo para pasar estos 15 días con su hija Emilia, de 7 años. Normalmente, la niña pasa las tardes y los días libres con su abuela materna, pero, esta vez, ella salió de viaje.
Reinoso quiere que Emilia refuerce sus habilidades de natación. Su curso durará los ocho días laborables de estas dos semanas, a partir de las 09:00. Al terminar las clases tienen planeado ir al Planetario, a Yaku y al cine. Pero también aprovecharán el tiempo libre para hacer algunos trámites pendientes del padre.
Gina, la madre, no pidió vacaciones. Por eso espera el feriado de Carnaval para hacer un paseo los tres, a Mindo.
En otros casos, la rutina no cambiará demasiado. Lourdes Rosero y Santiago Estrella eligieron una forma diferente de mantener la casa y convivir con sus hijos Emiliano y Nicolás, de 5 y 3 años.
Ella prepara hace humitas, bolones, brownies, empanadas… bajo pedido y él realiza trabajos de comunicación y audiovisuales freelance.
Aunque confiesan que los ingresos económicos no son estables y a veces deben ajustarse, para ellos ha sido la mejor manera de ver crecer a sus niños muy de cerca. Consideran que eso tiene mayor valor.
Los pequeños dejarán de asistir a su centro infantil estos días y sus padres organizan su trabajo en casa para tener tiempo de pasar con ellos.
Rosero y Estrella cuentan que últimamente se complica un poco entretener a los pequeños. En la medida en que crecen, a los padres se les hace más difícil encontrar actividades y es un reto a la creatividad. Ahora se concentran en descubrir sus habilidades y gustos.
A Emiliano, por ejemplo, le encantan las actividades deportivas y por eso planean inscribirlo en un curso de fútbol o de capoeira. Nicolás, en cambio, se inclina más por las artes.
En las vacaciones quimestrales no irán de viaje, porque prefieren hacerlo cuando no hay tanta gente en los sitios turísticos. Estos días irán a parques y sitios cercanos en Quito. Además, visitarán un terreno que tienen en San Antonio de Pichincha. Los niños se divierten jugando con la tierra y sembrando plantas.
Nathalia Mena junto a su abuela Gloria Heredia y su madres Carolina Zúñiga. Foto: Paul Rivas / El Comercio
Nathalia Mena, de 6 años, viajará mañana a la playa, con su familia. El resto de días pasará en casa con su abuela, Gloria Heredia y su madre, Carolina Zúñiga. En estas vacaciones no irá a ningún curso vacacional, porque sus padres decidieron que debía descansar.
La niña va a la escuela en las mañanas y tres tardes a la semana tiene clases de canto en el Conservatorio Nacional. Nathalia está de vacaciones también de este curso ahora, pero recuperará la clase que perdió en otro día.
El resto de días, la pequeña dice que aprovechará para jugar con sus muñecas y saltar la cuerda, que son las cosas
que prefiere hacer cuando no tiene deberes ni curso de canto.
CONSEJOS PARA ESTAS VACACIONES
-Recuerde que los niños necesitan descansar. No los sature de actividades, porque solamente son dos semanas libres.
– Déjelos dormir un poco más y sea flexible con los horarios de levantarse, comer o dormir
– Ponga horarios para el uso de televisión y evite el exceso del uso de videojuegos o aparatos tecnológicos como celulares, tablets y computadores.
– Estimule las el desarrollo de las habilidades e inclinaciones de los pequeños. Si les gusta pintar, cocinar o leer, deles las herramientas y guía necesarias.
– Reserve un tiempo para ir con ellos al cine, a parques y museos o al teatro en los días libres.
– Aproveche estos días para que sus niños pasen tiempo con sus primos o amigos y jueguen, de preferencia, en lugares abiertos.
– No piense que es malo dejar horas sin actividades programadas: dedicar un tiempo para aburrirse o descansar no es malo para los niños.
– Si hace mucho frío, pueden quedarse en casa y ocupar el tiempo en juegos de mesa que desarrollen la convivencia y la creatividad del niño. También pueden jugar caras y gestos o similares, que no necesitan de implementos y son entretenidos para todas las edades.