La demanda de cupos se mantuvo en el primer día de matrículas en Cuenca. En los accesos a las escuelas Alfonso Cordero y Miguel Ángel Estrella, se exhibieron las nóminas de los nuevos alumnos para octavo de básica, seguidas de la frase “No hay cupos, no insista”. Ambos planteles acogieron primero a los hermanos de los estudiantes y el resto de cupos se entregó por sorteo. La Alfonso Cordero recibirá a 140 estudiantes para el octavo; 110 tienen hermanos en el plantel y la diferencia (30) se sorteó entre 120 niños inscritos.Según la maestra del plantel, Rosa Coello, fue imposible acoger toda la demanda porque necesitan más pupitres, materiales, aulas y maestros. “Ahora laboramos con limitaciones, en espacios reducidos”.En cambio, Claudio Vásquez, director de la Miguel Ángel Estrella, encontró una alternativa inmediata. A los padres de familia que no tenían el cupo para sus hijos les sugería que matriculen en escuelas con bajo número de estudiantes como la Antonio Lloret, del centro de la urbe. Esa indicación le dio ayer a Silvia Cabrera. Su hijo Kevin Gómez, de 5 años, no salió favorecido en el sorteo. Con los documentos en mano y su segundo hijo en brazos, se dirigió a ese plantel. “Ojalá tenga suerte porque no sé qué hacer”. En otros colegios la situación fue similar. En el Benigno Malo, por ejemplo, pese a que hace más de una semana se terminó la inscripción de los 280 nuevos alumnos para octavo de básica, ayer llegaron más padres rogando por un cupo. La rectora Laura Serrano explicó que con la situación actual del plantel, se necesitan 15 nuevos profesores para mejorar la atención. “Aumentar los cupos es caotizar la educación”. Ayer, en la Dirección de Educación de Azuay, se siguió registrando a los alumnos sin cupos para encontrarles una escuela o colegio, según su residencia.