El maestro italo-argentino Dante Anzolini, director titular de la Sinfónica de Guayaquil, busca incorporar ópera y ballet a la programación de la orquesta, que ofrece este viernes 15 de septiembre un concierto gratuito en el Teatro Centro Cívico. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El director italo-argentino Dante Anzolini, director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), empezó el proceso de selección de cantantes líricos y la incorporación de los coros de la ciudad al conjunto, que busca montar espectáculos de ópera con escenografía y dirección de actores en la actual temporada.
Como una prueba piloto funcionará el montaje de la obra Resurrección (Sinfonía número 2) del compositor austríaco Gustav Mahler, prevista para el próximo 1 de noviembre. La obra contará con una planta 200 personas entre coro y orquesta, además de dos voces femeninas como solistas: soprano y mezzosoprano.
Anzolini habló con EL COMERCIO previo al concierto gratuito de este viernes 15 de septiembre, a las 19:30, en el Teatro Centro Cívico, un recital que incluirá la sinfonía conocida como Heroica (Sinfonía número 3 en mi bemol mayor) del compositor alemán Ludwig van Beethoven. Es una de las piezas más conocidas de todo el repertorio orquestal, considerada como el amanecer del romanticismo musical.
“Hemos hablado con 14 directores de coro de la ciudad, con la idea de que armen una selección de coristas y determinen qué piezas pueden ser interesantes tocar con la orquesta, para el público de Guayaquil“, indicó el director. La obra de noviembre próximo unirá en el escenario a coristas de seis conjuntos vocales de la ciudad, dijo.
“Estamos planeando hacer ópera, estimo que hasta el final de la temporada, en febrero. Pero ya iniciamos el proceso de audiciones con cantantes líricos ecuatorianos”, informó la batuta de la OSG. “También queremos montar mucha música para coros, la idea es que cambie la estructura de la temporada, que no solo sean solo conciertos de orquesta, sino que nos acompañen también cantantes”.
La Resurrección de Mahler, una sinfonía de estreno para Guayaquil, tiene una duración de una hora veinte minutos, con el último cuarto de hora de canto coral en alemán. Está basada en el texto de un poeta que nació en una familia judía y que luego se convirtió al cristianismo y habla de la resurrección de Cristo como concepto aplicando de una manera metafórica al resurgir de una ciudad o de una institución, cuenta el director.
La batuta de la Sinfónica de Guayaquil también busca impulsar montajes de ballet y orquesta para la próxima temporada. “Es algo que debiera ser normal pero hasta ahora no lo ha sido, lo interesante es que entremos a la normalidad de lo que puede producir una gran ciudad como Guayaquil”.
En el concierto de este viernes 15 de septiembre, la orquesta tocará además el Concierto para Clarinete y Orquesta de Carl Nielsen con el ecuatoriano Paulo César Morocho, como solista invitado. La pieza fue compuesta en la Primera Guerra Mundial, y tiene como motivos musicales “al tambor militar, la devastación de la guerra y una especie de paz que se logra alcanzar al final”.