Las finalista en el certamen (izq. a der.): Connie Jiménez (Miss Ecuador); Bianka Fuentes (primera finalista); Ivanna Abad (segunda); Carmen Iglesias (tercera); Joselyn Noroña (cuarta) y María Isabel Piñeyro (quinta).
El certamen de belleza Miss Ecuador es una exposición constante de la imagen de las candidatas. La única oportunidad que tienen para hablar es cortísima, apenas dura unos segundos. Las preguntas no siempre son específicas o indicadas, lo que resulta en respuestas generalistas, en evasiones o en frases clichés.
La actual Miss Ecuador, la ventanense Connie Jiménez, tuvo que responder sobre sus impresiones de la Ruta de la Belleza. Este fue el recorrido que realizaron las candidatas a diferentes ciudades del país. Jiménez aseguró que en estos viajes conoció la flora y fauna del Ecuador y disfrutó del calor humano “que sólo los ecuatorianos podemos mostrar”.
Bianka Fuentes, la primera finalista, escogió una tarjeta en la que el jurado le preguntaba quién fuera su ministro más importante si ella fuera Presidenta del Ecuador. La representante guayaquileña aseguró que quisiera trabajar con los niños, porque son el futuro.
A Ivanna Abad, le tocó una pregunta larga. Los miembros del jurado le plantearon una escena: una persona, que ha pasado en coma por cinco años, acaba de despertar. Esta persona le pregunta: ¿Qué es lo más importante que te ha pasado mientras estaba inconsciente? Abad dio una respuesta confusa, en la que ella le diría al paciente que “luche ahora que está con salud”.
La portovejense Carmen Iglesias respondió sobre los matrimonios del mismo sexo. Ella aseguró que todas las personas merecen respeto y que cada uno puede decidir con quién ser feliz. Aunque habló sobre libertad y aceptación, los nervios se reflejaron pues se trabó un par de veces.
Yoselin Noroña fue consultada sobre la diferencia entre la generación de sus padres y la suya. La representante de Los Ríos dio una respuesta repetitiva y un tanto cantinflesca. “Son diferentes generaciones. Los padres son del año 50 y ahora estamos en el siglo XXI. Los jóvenes somos el presente. Podemos llevar al país mejor”, dijo.
Finalmente, María Isabel Piñeyro tuvo un ataque de risa nerviosa. Le preguntaron sobre cómo un concurso de belleza puede aportar a la crisis actual. Entre risas, dijo que cree que se puede ayudar mediante las fundaciones de los organizadores del certamen.