A simple vista parece un refrigerador. Tiene varias bandejas que almacenan aproximadamente 150 dispositivos móviles. Se trata de una máquina de plasma que trabaja con argón, oxígeno, con una bomba de vacío y con un generador de plasma y radiofrecuencia.
La mezcla de estos componentes físicos y químicos genera un vacío para purificar el aire en el interior y luego de ello una fórmula penetra en cada uno de los componentes electrónicos del equipo.
El objetivo es crear un revestimiento nanotecnológico para proteger a los celulares y tabletas del contacto con líquidos y evitar cortocircuitos.
Esta tecnología se denomina Liquipel y fue desarrollada en Los Ángeles, California (Estados Unidos), luego de una alianza entre empresarios que buscaban encontrar una solución simple a un problema común y mundial. Ecuador es el primer país de Latinoamérica en el que opera esta franquicia tecnológica. Actualmente la empresa se encuentra en Quito y en Guayaquil.
Joseph Arocha, gerente de Liquipel en Ecuador, indica que este tipo de tecnología busca dar protección a los equipos electrónicos por medio de una capa invisible y nanométrica, que es imperceptible al ojo humano. Por ello, los celulares no sufren ningún cambio en su textura ni tamaño, ya que el procedimiento es a nivel molecular.
“No se trata de una mica ni de un estuche protector, es un nanorrecubrimiento hidrofóbico, que hace que los equipos tratados sean inmunes al agua y a la humedad del ambiente”, dice Arocha.
Antes de ser tratados los celulares, los especialistas realizan una inspección cosmética del aparato para descartar algún daño físico. Jordan Vinueza es uno de los técnicos de Liquipel y se encarga de limpiar los aparatos con alcohol. Después se protege los vidrios de los celulares con un recubrimiento. Esto se realiza para no dañar la pantalla.
En las bandejas de la máquina se colocan los celulares boca a bajo y junto a ellos las baterías.
El técnico programa en un panel de control la cantidad y tipo de dispositivos que son ingresados en la máquina. Esta pantalla también sirve para registrar las temperaturas y la secuencia del tratamiento.
Arocha señala que toda la información que se genera en la máquina es enviada a Estados Unidos para que los técnicos de allá supervisen el proceso.
Durante el nanorrecubrimiento, se emiten pequeñas luces sobre los equipos para eliminar impurezas. Después se descompone una fórmula en moléculas para que se agrupen entre ellas y recubran los equipos.
Esta capa invisible no convierte a los celulares en un dispositivo que funciona dentro del agua. Arocha explica que esta tecnología protege de accidentes ocasionales como la caída en una piscina. Por ello, los equipos electrónicos tratados con Liquipel no pueden ser sumergidos en profundidades significativas o por un período de tiempo extendido.
Además, la empresa tiene micas protectoras contra golpes denominadas Skins. Este producto tiene cuatro capas disipadoras de golpes: la primera es un adhesivo que no genera burbujas, además las manchas e imperfecciones de absorben en el mismo material y no se notan. La segunda capa tiene nanocélulas para la protección de golpes. Después tiene una capa de refuerzo y la última es resistente a manchas y ofrece una claridad HD.
Los precios de esta sistema van desde los USD 20 hasta los USD 70. Sin embrago, esta tecnología también puede ser empleada en el área industrial. Por ejemplo se pueden recubrir las tarjetas de memoria.
En contexto
Liquipel presentó su producto tecnológico en la Feria Internacional de Electrónica de Consumo (CES) desarrollada en el 2012 en Las Vegas (EE.UU.). En la presentación, el titular de la empresa, Danny McPhail, puso un iPhone dentro de un recipiente con agua.