Pekín, la capital de China, es una muestra de la inversión en infraestructura que se ha realizado en las últimas décadas. Foto: EFE
La próxima semana del lunes 26 de octubre del 2020 se afinará la propuesta del nuevo modelo de desarrollo de China, el único de los grandes países que crecerá este año (1,9%), mientras las economías más avanzadas tendrán una contracción del 5,8%, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Partido Comunista de China se reunirá del 26 al 29 de este mes, para redactar el XIV Plan Quinquenal, que marcará el rumbo de la economía china durante el período 2021-2025.
Este plan, llamado “circulación dual”, pone como pilar del crecimiento chino al mercado interno. Con cerca de 1 400 millones de habitantes y un territorio de 9,5 millones de kilómetros cuadrados, China es el país más poblado del planeta. Sus autoridades quieren aprovechar esa realidad para que su producción circule básicamente en su propio mercado.
La segunda parte del modelo de circulación dual es el mercado internacional, actualmente debilitado por la pandemia del covid-19, cuyos efectos se prevén duraderos.
En este sentido, los líderes chinos ven que el comercio internacional jugará un papel secundario en el crecimiento, lo cual responde a la crisis mundial que está golpeando a las cadenas internacionales de suministro, que han sostenido el crecimiento de China en la era de la globalización.
Hasta el año pasado, esta nación ocupó el primer lugar en la lista de los 20 países que más exportaron en el mundo, con un equivalente a USD 2,5 billones (millones de millones), seguido de EE.UU. (1,6 billones) y de Alemania (1,5 billones).
El principal destino de las ventas chinas fue Estados Unidos, adonde llegó una quinta parte de sus exportaciones. Eso ocurrió pese a la guerra comercial entre ambas potencias, que lleva un par de años y no tiene señales de terminar en el mediano plazo.
El río Yangtzé cruza la costa oeste de China, la zona económica más grande de este país. Foto: EFE
En una disputa por el liderazgo mundial, China y Estados Unidos se enfrascaron en una ‘guerra arancelaria’ que se tradujo en un deterioro del comercio bilateral y que no cambiaría después de las elecciones de noviembre en la primera potencia mundial.
Los candidatos a la Presidencia, Donald Trump y Joe Biden, señalaron durante la campaña electoral que están en contra de los intentos de China de crecer a expensas de Estados Unidos, en referencia al enorme déficit comercial, que incluso aumentó 13% desde que Trump llegó a la Presidencia.
Estas tensiones se han combinado para reducir el flujo de capitales entre las dos principales economías del mundo. Según la firma de investigación Rhodium Group, la inversión directa entre empresas e inversores en Estados Unidos y China en los primeros seis meses del 2020 cayó 16,2%, en comparación con igual período del 2019 y que equivale a USD 10 900 millones, la cifra más baja en nueve años, según recogió el portal Aljazeera.
Todos estos factores refuerzan la propuesta del presidente chino, Xi Jinping, quien en mayo pasado ya mencionó sobre la circulación dual, aunque el Gobierno lo dio a conocer oficialmente el mes anterior.
Según Santiago Gangotena, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, hay que tomar con pinzas los planes quinquenales en China. En el XI Plan, redactado el 2006, ya se señaló que el modelo de desarrollo cambiaría y se pondría énfasis en un crecimiento basado en la demanda interna.
Gangotena explica que el crecimiento de China a tasas elevadas comenzó en la década de los 70, y estuvo anclado a las exportaciones. En el 2006 se alcanzó un pico, cuando el comercio internacional (exportaciones e importaciones) representó el 65% del PIB chino. “Desde esa fecha ha venido cayendo. Las exportaciones netas, que el 2008 representaban el 10% del PIB, una década después bajaron al 1%”.
Por eso, la circulación dual que se plantea hoy es más bien un reconocimiento a lo que ha venido sucediendo en los últimos años, en los cuales el comercio internacional ya no tiene tanto peso en el crecimiento de China, añade Gangotena.
Asimismo, la propuesta de doble circulación se enmarca en una estrategia geopolítica en la que el poder del Estado y la seguridad nacional son mucho más importantes para China. “Si bien las cadenas de suministro en el sistema nacional pueden dejarse a los resultados del mercado, en el exterior deben construirse y protegerse mediante el uso del poder estatal y los recursos estatales. En otras palabras, una estrategia de circulación dual es en realidad una estrategia de globalización económica. Lo que Xi Jinping está diciendo es que la expansión económica china no se dejará a los caprichos de los mercados globales”, señaló la semana pasada el politólogo y escritor portugués Bruno Maçães.
Para enfrentar la transición hacia el mercado interno, China propone incentivar al sector privado con menos tarifas, políticas fiscales activas y simplificación de servicios administrativos en línea, como los registros de marcas, aprobación de licencias de negocios, solicitud de patentes, etc.
Esos incentivos reconocen el papel clave que tiene la empresa privada en el crecimiento, no tanto por la capacidad de invertir en infraestructura –que ya existe- sino por la de innovar. La pregunta es si esa innovación, que normalmente florece en países democráticos, lo hará bajo un Régimen que lo controla todo.